VIAJES POR EL MUNDO

Los viajeros que desembarcan en Ibiza vienen a buscar lo que desde prinicipios del siglo XX ha seducido a pintores, artistas y escritores: una afinidad espiritual y física con la denominada Isla Blanca. Sorprende la tremenda actividad del puerto, un ajetreo que ya existió en el pasado. Los conquistadores fenicios, cartagineses, romanos, árabes y catalanes encontraron en Ibiza un punto estratégico para navegar por el Mediterráneo, un clima benigno y un paisaje suave donde establecerse.
Las múltiples terrazas de los bares y los cafés son un lugar indóneo para comprobar cómo Ibiza aglutina las últimas tendencias, lo hippy y lo lujoso. Una atractiva babel de estilos, lenguas y nacionalidades. Los barrios del puerto, Sa Marina y Sa Penya, con sus casas blanqueadas, forman un entresijo de calles alegres, ropa tendida al sol, tiendas con las primeras marcas y carteles de discotecas, que se codean con comercios tradicionales de cestas de esparto y comestibles. Sobre el promontorio más visible se levanta el barrio amurallado de Dalt Vila, un ambiente medieval de calles empedradas, flanqueadas por palacios, torres, casas y monasterios de piedra que apenas han sufrido cambios desde el siglo XVI, cuando se edificó la ciudad fortificada. En una escapada en coche hacia el interior de la isla se puede apreciar la típica arquitectura ibicenca: paredes gruesas, ventanas estrechas, porches, tejados planos y escaleras de yeso. También son muy evocadoras las iglesias blanqueadas, refulgentes bajo el cielo azul, cuyas campanas antaño convocaban a misa a los habitantes de los municipios desperdigados por la zona.
Y cuando despunta la noche, nada mejor que dejarse llevar por el bullicio nocturno de Ibiza, con un auténtico desfile de gente de todos los estilos. La noche suele terminar en las playas del oriente de la isla, con la salida del sol, aunque la música continúa sonando hasta casi el mediodía en numerosos locales.

La denominada Isla Blanca se sitúa en el sur del archipiélago de las Baleares, a 100 km de las costas de la Península. La isla tiene 41 km de largo, 15 km de ancho y un litoral de 170 km. La capital se llama Ibiza.

Cuándo ir
Junio, julio y agosto son ideales para quienes buscan sol y playa. En septiembre las temperaturas son más frescas y la afluencia de visitantes menor. Octubre y mayo son meses más tranquilos y con la mayoría de servicios operativos.

Cómo llegar
El aeropuerto de Ibiza se halla 10 km al suroeste de la capital y recibe vuelos desde distintas ciudades de la Península. Frente a la terminal de llegada hay taxis y autobuses que enlazan con Ibiza capital (www.ibizabus.com).
Otra opción es viajar a Ibiza por mar. Desde Barcelona, Dènia (Alicante) y Valencia salen barcos frecuentes, en los que se puede transportar el coche particular.

Cómo moverse
En el aeropuerto de la isla y en las principales poblaciones –Ibiza capital, Santa Eulària des Riu, Sant Antoni o Santa Agnès de Corona– hay empresas de alquiler de coches, el transporte más recomendable para recorrer la isla. Existen muchas líneas de autobús que enlazan todos los extremos de Ibiza; en verano, hay más frecuencias y servicios nocturnos (www.ibizabus.com).
Desde el puerto de Ibiza zarpan barcos a Mallorca y Formentera (www.portsdebalears.com).
Otra opción para visitar la isla es a bordo de llaüts, barcas de pescadores que se alquilan en muchos pueblos de la costa para recorrer el litoral ibicenco.

Dónde dormir
Ibiza tiene numerosas opciones de alojamiento, de diversa categoría y precio: apartamentos, hoteles, cámpings y turismo rural. Esta última modalidad se da sobre todo en los pueblos del interior (www.toprural.com).

Visitas imprescindibles
La Dalt Vila es la ciudad amurallada de Ibiza capital, del siglo XVI, declaradaPatrimonio de la Humanidad. En Sa Marina y Sa Penya, los antiguos barrios pescadores, hay tiendas y bares.
Ses Salines. Unos 10 km al sur de la ciudad de Ibiza se halla esta zona de playas y estanques salineros. Forman parte del Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera.
Cala Comte. En el municipio de Sant Josep, playas de arena blanca y fina, junto a un agua turquesa y transparente. Desde aquí se contemplan los islotes de Es Bosc, Sa Conillera y S’Espartar.
Es Vedrà. Este islote y el de Es Vedranell se alza ante la magnífica playa de Cala d’Hort, en el sudoeste de la isla.
Cala Salada. Cerca del pueblo de Sant Antoni, esta playa conserva un aspecto salvaje, de aguas transparentes y oxigenadas.
Pla de Corona. Un paisaje llano, con campos cargados de árboles frutales y casas blancas, que precede al pueblo de Santa Agnès.
Cala Benirràs. Playa situada al norte de la isla y presidida por el islote del Cap Bernat. Se llega desde el Port de Sant Miquel.

La ciudad de Ibiza
En la Oficina de Turismo se informa sobre las rutas por el recinto amurallado del siglo XVI, llamado Dalt Vila. A lo largo del paseo merece la pena detenerse en algunos de sus miradores con vistas al mar, como el de Ses Taules. Otra visita recomendable es el Museo de Arqueología y el de Arte Contemporáneo. Desde Dalt Vila se baja al puerto por las calles de Sa Marina, el barrio de pescadores, lleno de tabernas y tiendas. La primera semana de agosto se celebran las fiestas patronales. Más información en la página: www.eivissa.es.

Las mejores playas
En el norte de la isla, a 22 km de la capital, está el Port de Sant Miquel, al que se puede llegar en autobús. Desde aquí se accede a la playa de Benirràs, presidida por el peñasco del Cap Bernat. También en el norte, junto a Sant Joan de la Britja, se disfruta de playas vírgenes y acantiladas.
En el oeste hay que mencionar la costa situada entre Sant Antoni y Santa Agnès de Corona, con varaderos como la Cala Salada. Santa Agnès se halla en el Pla de Corona, una llanura con campos de almendros y casas típicas de la arquitectura rural ibicenca.
A 12 km de la capital está Sant Josep de Sa Talaia, un punto de partida para acceder a pie o en coche a algunas de las playas más bonitas. Una de las más populares es Cala Comte, situada frente a los islotes de Des Bosc, Sa Conillera y S'Espartar. Otra cala accesible desde Sant Josep es Cala d'Hort, rocosa y de ambiente familiar, con vistas de los islotes de Es Vedrà y Es Vedranell. En el sur de la isla, destacan las calas de Es Codolar y Es Cavallet, que conservan un estado casi salvaje.

Parque de Ses Salines
Desde Sant Francesc de S'Estany, 10 km al sur de la capital isleña, se accede al Parque Natural de Ses Salines d’Eivissa i Formentera. Se pueden realizar excursiones que combinen la visita a las salinas con los baños de mar y la observación de aves.

Vida nocturna
Las fiestas en bares y discotecas son otro atractivo de la isla. El barrio de Sa Marina de Ibiza es uno de los lugares más animados. Desde Ibiza sale el Discobús nocturno, que lleva a las zonas de ocio (www.ibiza-spotlight.es). En el Café del Mar de la villa de Sant Antoni, la música suena desde el ocaso hasta el amanecer (www.cafedelmarmusic.com).

Mercados
En muchos pueblos de Ibiza se organizan mercadillos de objetos artesanos y modernos. Los más grandes son el de Es Canar, en Santa Eulària des Riu (miércoles) y el de Las Dalias (sábados), en Sant Carles (www.lasdalias.com).

Gastronomía
En los pueblos costeros destacan los arroces y el pescado fresco; en el interior, los platos a base de verduras, pollo y cerdo. La sobrasada y la ensaimada son los productos más típicos (www.megustaibiza.com).