Alaska, frontera del Ártico y esquina noroccidental del continente americano, es el territorio más salvaje de Estados Unidos. En un tiempo perteneció a Rusia, que colonizó su costa en busca de pieles de foca y nutria. Pero dada la escasa rentabilidad que le ofrecía esta tierra, la vendió a Estados Unidos en 1867 por 7,2 millones de dólares. Alaska es un territorio grandilocuente, con una superficie aproximada de tres veces España, pero con una población de apenas 650.000 habitantes. En tan vasto territorio hay espacio para bosques interminables, enormes glaciares y fiordos tranquilos habitados por focas y ballenas. Conviene comenzar el viaje en la capital, Juneau, que en su origen fue un campamento minero. Se encuentra rodeada de fiordos, islas, bosques y glaciares, por lo que sólo se puede acceder a la ciudad en avión o en barco. Para conocer algunos de los parques naturales más espectaculares de Alasaka hay que desplazarse en avioneta a la ciudad de Anchorage, en la zona central, a 900 kilómetros al norte de Juneau. En marzo se celebra Iditarod, la carrera de trineos de perros más famosa del mundo: dura unos diez días y va desde Anchorage hasta el mar de Bering, 1.851 kilómetros al oeste. Finalmente, se recomienda alcanzar la remota Fairbanks, puerta del Ártico y lugar de avistamiento de las auroras boreales. Durante este viaje se descubren los parques nacionales más espectaculares del noroeste americano: Glacier Bay, Lago Clark, los Fiordos de Kenai y Denali.

El mayor estado de América del Norte se sitúa en el extremo noroeste del continente, limitado al norte por el océano Glaciar Ártico y al sur por el Pacífico, al este por Canadá y al oeste por el estrecho de Bering. Juneau es la capital.

A tener en cuenta
Para entrar en EE UU se precisa el pasaporte electrónico. La diferencia horaria entre Alaska y la Península es de 10 horas menos. El idioma oficial es el inglés y la moneda el dólar americano; 1 euro son 1,10 dólares.
Alaska es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes de aventura. Para conocer los requisitos de entrada, opciones de alojamiento, rutas y actividades en los parques nacionales es útil consultar: www.nps.gov/glba.

Llegar y desplazarse
No hay vuelo directo de España a Alaska y siempre hay que realizar alguna escala intermedia, ya sea en ciudad europea o americana. Juneau, Anchorage y Fairbanks tienen los principales aeropuertos.
Dadas las dimensiones de Alaska, es habitual acortar distancias con vuelos internos, rápidos y baratos.
La Alaska Railway (www.akrr.com) es línea de tren que enlaza los principales enclaves del estado (www. akmhs.com). Los transbordadores también son un transporte habitual.
Si la idea es recorrer los parques nacionales, alquilar un coche o una autocaravana es la mejor opción (www.bestofalaskatravel.com).
Si se combinan estos transportes es rentable adquirir en las oficinas de venta de tickets el Alaska Pass, un bono que permite realizar viajes ilimitados en un plazo determinado de tiempo (www.alaskapass.com).

Alojamiento
Si en las ciudades existen establecimientos convencionales de distinta categoría (consultar www.alaskatravel.com), fuera de los núcleos urbanos destacan alojamientos más acordes con el paisaje, como cabañas y refugios (www.alaskatravelers.com) y de estilo rurales y bed & breakfast (www.alaskabba.com).

Visita de Juneau
La capital de Alaska, con 30.000 habitantes, es una ciudad atípica a la que sólo se puede acceder por aire o por mar. Rodeada de bosques, glaciares y fiordos, tiene en la South Franklyn su calle principal, donde destaca la iglesia ortodoxa de St. Nicholas, legado de la presencia de los rusos entre los siglos xviii y xix. Existen empresas que organizan circuitos para descubrir la ciudad de forma alternativa, con paseos en trineo, en hepicóptero o en kayak por la costa (www.juneau.com). También organizan excursiones fuera de la ciudad, como la que lleva al glaciar Mendenhall, a sólo 20 km, o Skagway, punto de inicio del trekking Chilkoot Trail, el más popular de Alaska, que sigue los caminos que usaban en el siglo xix los buscadores de oro; se realiza en 3 o 4 días.

P. N. Glacier Bay
Desde Juneau se puede llegar en ferry o en avioneta hasta Gustavus, el mejor acceso a esta reserva, declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera (1986) y Patrimonio de la Humanidad (1992). Alberga diez glaciares que se extienden desde el interior hasta el Pacífico, creando magníficos fiordos. En la Barlett Cove, oficina del parque, informan de rutas a pie por bosques de abetos y en kayak por la costa o en barco para avistar cetáceos.

La región de Anchorage
Esta ciudad, la más poblada del estado (250.000 habitantes), se sitúa 900 km al oeste de Juneau. Moderna y funcional, es fácil orientarse en ella por la cuadrícula de sus calles, limitadas entre el río Ship y el golfo de Cook. Son muy ilustrativas las visitas al Museo de Historia y al Centro de Herencia Nativa de Alaska, dedicado a los grupos étnicos que poblaron este territorio (www.alaskanative.net).
En Anchorage se contratan viajes en avioneta al P. N. del Lago Clark, 320 km al sur, uno de los más intactos de Alaska por su difícil acceso. Sus atractivos son la observación de osos pardos y las caminatas junto al lago y por volcanes como el Redoubt, de más de 3.000 m.
Otra joya natural de la región central de Alaska es el P. N. Fiordos de Kenai, donde el Glaciar Harding Icefield, de 100 km de largo por 50 km de ancho, desciende hasta el Pacífico. El mejor acceso es Seward, un pueblo de pescadores del que parten cruceros por la costa. Entre las posibilidades para explorarlo, destaca el sendero panorámico al glaciar Exit (www.kenaifjords.com).

P. N. Denali y Fairbanks
A 6 horas hacia el norte por la carretera Parks Highway se llega al parque Denali, el más visitado de Alaska por la fauna que cobija –e incluye los «cuatro grandes»: oso pardo, lobo, caribú y alce– y por albergar el monte McKinley, el más alto de Norteamérica (6.194 m). Por el parque sólo pueden circular autobuses oficiales que salen desde el centro de recepción y siguen la única carretera de la reserva, de 150 km, donde hay zonas de acampada, miradores para avistar osos pardos que acuden a los ríos atraídos por los abundantes salmones; también se realizan descensos por aguas bravas. Sobre el parque: www.denali.national-park.com.
Entre lagos y pequeños pueblos se ubica Fairbanks, la puerta del norte de Alaska y final de nuestra ruta, donde dar un paseo en barco de vapor por el río Chena o en el Parque de los Pioneros, donde se reproduce un poblado minero.

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