Las Rocosas canadienses son la continuación de las estadounidenses, y aunque son célebres por sus cumbres que rozan los 4.000 metros, la primera visión que se tiene de esta región son las extensas praderas. La ciudad de Calgary, situada en medio de la llanura y rodeada de campos de cereal, es el punto de partida para la mayoría de viajeros que desean visitar la zona. A 100 kilómetros se encuentra el Parque Nacional de Waterton -el parque más pequeño de las Rocosas, con “sólo” 52.500 hectáreas-, que linda con Estados Unidos. Una vez en la reserva, el viajero puede deleitarse contemplando los ciervos -llamados wapitis, son del tamaño de un caballo- que pastan junto al lago Waterton o visitar el centro de interpretación de los pueblos indios y un recinto con bisontes. En Waterton abundan también otros animales como los coyotes, osos negros y grizzlies que se ven a poca distancia del coche. Los grandes parques de Banff, Kootenay y Jasper se encuentran en la vertiente del Pacífico, en un paisaje caracterizado por valles amplios y delimitados por montañas altísimas. Por otro lado, a través del Vermilion Pass -donde las aguas fluviales continúan hacia el Atlántico o hacia el Pacífico- se llega a Banff, el parque nacional más antiguo de Canadá, declarado como tal en 1885. En las proximidades de Banff abundan los wapitis, e incluso un paseo al atardecer garantiza un encuentro emocionante con algún grizzly.

A tener en cuenta
Para viajar a Canadá, los españoles necesitan el pasaporte en vigor. Francés e inglés son idiomas oficiales del país; en la región de las Rocosas el inglés es el más utilizado. La moneda es el dólar canadiense (CAD); 1 euro equivale a 1,43 CAD. Primavera y verano son épocas excelentes para el viaje. Durante los meses estivales las temperaturas diurnas alcanzan los 30º C, pero las noches refrescan bastante. Hay 8 horas menos de diferencia horaria con relación a la Península. Los parques tienen centros de visitantes en los que informan sobre sus atractivos naturales, senderos que los recorren, consejos sobre cómo comportarse con la naturaleza y los animales –con atención especial a los osos–, horarios y opciones de alojamiento. Información: www.canadianrockies.com y www.parkcanada.gc.com.

Cómo llegar y moverse
Lo más eficaz es volar a Calgary, donde está el principal aeropuerto de la zona. Desde España, varias compañías ofrecen este trayecto, vía alguna ciudad europea. El aeropuerto de Calgary está a 17 km de la ciudad, a la que se puede llegar en transporte público o taxi. Diversas líneas de autocares conectan con la zona de las Rocosas (www.rockymountainskyshuttle.com).
Aunque existe una eficiente red de autobuses (www.greyhound.ca) y trenes (www.viarail.ca), lo mejor es alquilar un coche o una autocaravana (www.canada.travel). La distancia entre los parques más alejados del artículo, Waterton y Jasper, es de unos 700 km.
El tren Rocky Mountaineer es un medio original de visitar las Rocosas. La línea une Calgary y Vancouver, en la costa oeste, y realiza paradas en las ciudades de Banff y Jasper (www.rockymountaineer.com).

Alojamiento
La oferta en las Rocosas abarca desde hoteles de lujo en las poblaciones del recorrido, especialmente en Calgary y Lake Louise, hasta bed & breakfast, cabañas rústicas y zonas de acampada en los parques. Algunos sólo abren en verano, por lo que es mejor informarse con antelación (www.canadatourism.ca y www.pc.gc.ca).

Visitas principales
Calgary. Fundada en 1875, la capital de la provincia de Alberta es la base para conocer los parques de las montañas Rocosas. Cuenta con algunos puntos de interés: el exquisito Centro Cultural Chino, el agradable parque Prince Island, el museo de arte Glenbow y el Fort Calgary.
P. N. Waterton. Su continuación al otro lado de la frontera estadounidense es el Parque Nacional Glacier. Su atractivo se centra en la variedad faunística y de paisajes. Cerca hay un centro de interpretación indígena. Merece la pena tomar un café en el hotel Prince of Wales.
Fernie. Este antiguo pueblo minero, a medio camino entre Waterton y Kootenay, se está transformando en un centro de deportes de montaña y esquí.
Fort Steele. Una ciudad colonial recreada con todos los detalles, desde las fotografías, utensilios y muebles de las casas, hasta el vestuario de los actores que se pasean por las calles.
P. N. Kootenay. Ocupa 1.406 km2 de superficie boscosa y lagos. Una carretera panorámica lo atraviesa de norte a sur. Destaca la excursión a los Paint Pots, donde los indios kootenay conseguían los pigmentos para sus pinturas y tipis.
P. N. Banff. Cubre 6.641 km2 al norte de Calgary. Incluye los espectaculares lagos Peyto, Moraine y Louise. La ciudad de Banff es un animado centro turístico.
P. N. Yoho. El piragüismo en el lago Emerald, el paseo alrededor del lago O’Hara y la visita a las cascadas Takakkaw, son algunas de las actividades más famosas de este parque.
Icefield Centre. Un centro de interpretación de los glaciares, situado entre los parques Banff y Jasper, al pie de las lenguas del enorme campo de hielo Columbia. Se organizan excursiones sobre el hielo.
P. N. Jasper. Es el mayor de los parques nacionales de las Rocosas canadienses, con 10.878 km2. Las cascadas Athabasca, el lago Maligne y el funicular de Jasper son algunos de sus grandes atractivos.

Calgary
La capital de la provincia de Alberta es una urbe moderna donde los rascacielos se mezclan con mansiones históricas y jardines. Además de ser un lugar idóneo para acceder a los parques de las Rocosas, cuenta con agencias de alquiler de vehículos y empresas que organizan excursiones por los parques. También es un lugar aconsejable para las compras, con numerosas tiendas con artículos estilo western como botas y sombreros cowboys, y tallas artesanales de madera y piedra; www.tourismcalgary.com.

Waterton y Kootenay
Estos dos parques nacionales se emplazan al sur de Calgary. El primero reparte su superficie entre Estados Unidos y Canadá y protege un centenar de grandes y límpidos lagos. Las actividades náuticas son el mayor atractivo de este destino (www.watertoninfo.ab.ca).
Por su lado, el P. N. Kootenay abarca una zona de magníficos bosques, atravesada por una carretera panorámica. En este espacio destaca la excursión a los Paint Pots, donde los indios kootenay extraían los pigmentos para sus pinturas (www.kootenayrockies.com).
Entre las dos reservas vale la pena detenerse en las poblaciones de Fernie, un antiguo pueblo minero transformado en un centro de deportes de montaña, y Fort Steele, donde se recrea una ciudad colonial.

Banff y Yoho
La Main Street de Banff es el lugar perfecto para adquirir un recuerdo y probar la cocina autóctona (www.banfflakelouise.com). La ciudad, a 130 km de Calgary, es el principal acceso al parque homónimo. Banff, declarado parque nacional en 1885, es la reserva más antigua de las Rocosas. Abarca zonas boscosas, lagos, glaciares y montañas que rozan los 4.000 metros de altitud. Cuenta con una amplia red de senderos que llevan hasta miradores. Información sobre estas rutas en el enlace de: www.pc.gc.ca. A 58 km está Lake Louise, famosa por su lago y hoteles acogedores. Los alrededores son idóneos para realizar excursiones, tanto en verano como en invierno. La ciudad limita al oeste con el P. N. Yoho, donde se visitan cascadas como la de Takakkaw y lagos por los que se navega en piragua, como el Emerald (www.lakelouise.com).
Al norte del núcleo de Lake Louise se localiza la región de glaciares Icefield, donde se reúnen hasta treinta lenguas de hielo. La zona está atravesa por una carretera panorámica. La oficina de información Icefield Centre organiza paseos sobre el hielo y visita a cuevas. (www.icefieldsparkway.ca).

Parque Nacional Jasper
A 300 km de Banff, se sitúa el mayor parque de las Rocosas canadienses. Las cascadas Athabasca, lagos como el Maligne y el funicular del monte Whistlers y más de mil kilómetros de senderos son algunos de sus atractivos. Jasper es la principal localidad del parque. Cuenta con restaurantes, tiendas de ropa y regalos, y empresas que organizan actividades (www.jaspercanadianrockies.com).

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