Comparada frecuentemente con Venecia y París por su ordenado trazado urbanístico y su tejido fluvial navegable, San Petersburgo esconde mucho más detrás de su esplendoroso pasado zarista. Desde la Estación de Moscú se abre la bulliciosa avenida Nevski -que toma el nombre del río Neva-, la calle de mayor proyección literaria de la historia, empapada de Gógol y Dostoyevski. Origen y final de cualquier itinerario, aquí se encuentran los palacios y puentes más espectaculares de San Petersburgo. Desde la catedral de Kazán -inspirada en Bernini- hasta la industrial Casa del Libro -antigua sede de las máquinas de coser Singer-, el trayecto supone un intenso devenir a través de los mejores ejemplos de trescientos años de arquitectura: el barroco palacio Strógonov, el colmado modernista Eliséyev o el edificio de principios del siglo XX que actualmente aloja las oficinas de Aeroflot. Totalmente diferente es la perspectiva de la ciudad desde el agua, a través de una de las lanchas que parten de los embarcaderos, en las intersecciones de los ríos Fontanka y Moika. Así, es posible contemplar la sugerente decadencia del barrio de Nueva Holanda, la fascinante iglesia de la Sangre Derramada y los puentes más elegantes de la ciudad. Obligada es la visita al templo de la Sangre Derramada, construido en 1883 en el mismo lugar donde fue asesinado el zar Alejandro II. Para experimentar la grandeza aristocrática de la Venecia del Norte hay que dirigirse a la isla Vasilievski, donde se encuentra el Museo Etnográfico y su zona ajardinada, la Plaza de la Bolsa y el Paseo de Ménshikov. Por supuesto, tampoco hay que olvidar el magnífico museo del Ermitage, una de las más importantes citas con la historia del arte. Para finalizar, la mejor panorámica de la ciudad se divisa desde la cubierta del mítico crucero Aurora, cuyos cañones retumbaron en 1917, marcando el inicio de la revolución de Octubre.

A tener en cuenta
Para viajar a Rusia, además del pasaporte en regla, se precisa un visado que tramitan en la embajada rusa en Madrid (www.rusmad.com). De junio a septiembre es la mejor época para visitar San Petersburgo. Estos meses la temperatura es más suave, en torno a 200 C. El invierno es frío y nieva mucho. El huso horario en San Petersburgo es de 2 horas más que en España. La moneda rusa es el rublo: 1 euro equivale a unos 35 rublos. Se recomienda cambiar sólo en bancos y oficinas de cambio. Únicamente aceptan tarjetas de crédito algunos establecimientos; en el resto hay que pagar en efectivo. Aunque el idioma oficial es el ruso, cada vez se hablan más idiomas en locales turísticos. La mayoría de indicaciones de la ciudad, incluidos los transportes, están escritos en ruso.

Cómo llegar
Varias líneas aéreas ofrecen vuelos diarios desde España hasta San Petersburgo, generalmente con escala en Moscú. En verano, hay compañías chárter y de bajo coste que vuelan directamente. Desde el aeropuerto, 17 km al sur de San Petersburgo, se puede llegar al centro en taxi y en autobús. Otra opción es volar a Moscú, a unos 650 km de distancia, y continuar en tren –cinco horas de trayecto–. Más información: www.sanpetersburgo.com/transporte.htm.

Moverse por la ciudad
El metro es el transporte público más recomendable para desplazarse por la ciudad. Tiene cerca de 60 estaciones, algunas dignas de visita por su decoración, como la de Avtovo, en la línea Roja. Autobuses, tranvías y trolebuses completan la red, aunque son más lentos Hay taxis oficiales y privados, con los que se aconseja acordar antes el precio.

Dónde dormir
La ciudad ofrece un buen elenco de alojamientos, aunque a veces con precios elevados, sobre todo en verano. Hay hoteles de cinco estrellas, «Mini-hoteles» –la denominación local para los bed & breakfast–, hostales y apartamentos, la opción más económica. Al reservar es importante consultar la ubicación del hotel, ya que muchos se sitúan en las afueras (http://hotels-saint-petersburg.com).

Consejos para la visita
El paseo a pie puede iniciarse en la emblemática Avenida Nevski, el corazón de la ciudad, una calle de casi 5 kilómetros largo, cruzada por canales y repleta de edificios señoriales, hoteles, restaurantes y tiendas históricas, de estilo modernista. Otra opción es descubrir la ciudad en uno de los cruceros fluviales que salen desde el Malecón del Neva, mientras se contemplan elegantes puentes, palacios e iglesias. En el canal Petrovskaya puede verse el acorazado Aurora, símbolo de la revolución Rusa, convertido en museo. La oficina de turismo informa sobre las visitas y rutas con guía. Se describen itinerarios en los sitios: www.peterguide.com, www.guia.ru y www.petersburgo.info.

Principales visitas
Almirantazgo. La aguja dorada que corona el edificio se ha convertido en el símbolo de la ciudad. El Almirantazgo se erigió bajo el mandato de Pedro el Grande para alojar la sede de la armada rusa.
Catedral de San Isaac. Data de 1818 y su construcción supuso un gran desafío pues se levantó sobre un terreno de marismas. Además de sus colosales dimensiones, en su interior destacan las pinturas de la cúpula y los mosaicos del iconostasio. Hoy alberga un museo de arte.
Museo del Ermitage. Ubicado en el Palacio de Invierno y otros palacios colindantes, es uno de los mayores conjuntos museísticos del mundo.
Casa de Pushkin. En ella se muestran el entorno vital del poeta ruso y sus objetos personales.
Iglesia de la Sangre Derramada. Situada junto al canal Groboyédov, es un ejemplo de arquitectura rusa. Para su decoración se emplearon más de veinte minerales distintos.
Teatro Marinski. Es el espacio teatral más importante de la ciudad, comparable al Bolshoi de Moscú.Cabe destacarsu ornamentación interior.
Isla Vasilievski. Se comunica con el centro por el puente del Palacio. En la isla se visitan las Columnas Rostrales y el Museo Etnográfico .
Fortaleza de Pedro y Pablo. Situada en la isla Petrogradski, se considera el origen de la ciudad. Es muy recomendable la visita a la Catedral.

Iglesias y palacios
La catedral de San Isaac, datada en 1818, es la iglesia más grande y suntuosa de San Petersburgo. Llena de frescos y mosaicos, vale la pena subir a su cúpula para disfrutar de una espléndida vista sobre la ciudad. Junto al canal Groboyédov se halla la iglesia de la Sangre Derramada, del siglo XVIII, ejemplo de la arquitectura rusa, en la que destacan sus revestimientos multicolores. La aguja dorada que corona el edificio del Almirantazgo, cerca del río Neva, sirve de referencia durante la visita. Enfrente, en la otra orilla y comunicada por el puente del Palacio, está la isla de Vasilievski, donde se halla el Museo Etnográfico. Por el puente de la Bolsa se accede a la isla Petrogradski, considerada el origen de la ciudad. Aquí es imprescindible recorrer la fortaleza de San Pedro y San Pablo, del siglo XVIII, una de las mejor conservadas de Europa.

Itinerarios culturales
El Ermitage de San Petersburgo es el principal museo de Rusia y uno de los mejores del mundo. Ubicado en el Palacio de Invierno, se estima que posee un fondo artístico con cerca de tres millones de obras, que se exhiben en 400 salas; por sus dimensiones es mejor diedicar más de un día a su visita (www.hermitagemuseum.org).
El Museo Ruso es famoso por albergar la mayor colección de iconos, pinturas y esculturas de artistas rusos (www.rusmuseum.ru). Cerca del Ermitage se puede visitar la casa en la que vivió el poeta ruso Pushkin, transformada en museo. Por último, el Teatro Mariinsky es el más lujoso de la ciudad, equivalente al Bolshoi de Moscú. Consultar programación y adquirir entradas: www.tickets.mariinsky.ru.

Gastronomía
La gastronomía rusa es muy sabrosa y también consistente. Muestra de ello son las sopas típicas como la borsch, elaborada con remolacha, patata, col y carnes. También forma parte de la dieta diaria una gran variedad de ensaladas como la Olivié –en España se denomina “rusa”– y guisos de carne como el stroganoff. Otros platos típicos de San Petersburgo son el pelmeni –un ravioli relleno–, los blinis o tortitas, y el caviar. Las comidas se acompañan con cerveza, vinos de Georgia y vodka, que sólo se sirve con los entremeses.

Artesanía y compras
La Avenida Nevski reúne algunos de los centros comerciales con más historia de la ciudad, como el Gostiny Dvo y el Pasage, unas galerías del siglo XIX. Entre los recuerdos típicos de Rusia se cuentan los objetos de madera pintada y lacada artesanalmente, como las tradicionales muñecas Matrioshka. También hay porcelanas, antigüedades y compras gastronómicas como el caviar.

0 Comments:

Post a Comment