YORK

Apasionante visita a los orígenes vikingos de esta ciudad inglesa donde los fantasmas son atracción turística.

Por Isabelle Barbot
Románticas y empedradas calles y elegantes fachadas con entramado de madera sellan la memoria de los viajeros que han visitado York, la ciudad faro del noreste de Inglaterra. El escenario refleja un mestizaje arquitectónico, real pero anacrónico. Los romanos bautizaron la ciudad Eboracum; los sajones, Eoforwick, y los vikingos, Jorvik.

Culturas superpuestas
Cinco kilómetros de murallas encierran un sinfín de capas históricas superpuestas y coronadas por una iglesia monumental: la catedral medieval gótica más grande al norte de los Alpes. Los yorkinos llaman «Minster» a su catedral y ésta se alza sobre una antigua fortaleza que albergaba más de cinco mil soldados romanos. La situación estratégica del campamento, instalado entre los ríos Foss y Ouse, hizo de York la mayor plaza fuerte romana en el norte de Inglaterra. A los sajones, York debe el privilegio de ocupar el segundo lugar, después de Canterbury, en la jerarquía de la Iglesia. La ocupación de los escandinavos no superó los cien años, pero excavaciones arqueológicas que hacen las delicias de los expertos han puesto a descubierto un mundo vikingo subterráneo cuyo trazado vial ha sido respetado siglo tras siglo.

Arquitectura medieval
Las casas medievales de la calle Goodramgate recuerdan épocas en las que no existía ninguna planificación urbanística. El espléndido esti-lo Tudor de la casa del Rey transporta a la corte de Enrique VIII –aquel rey que se declaró jefe de la Iglesia anglicana cuando el Vaticano le negó su divorcio con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos–. La elegancia de la casa Fairfaix, obra del arquitecto John Carr, rinde homenaje al estilo georgiano que floreció en York gracias a las clases ociosas del siglo xviii. Finalmente, vinieron los reciclajes arquitectónicos del siglo xx que permitieron reformar las orillas del río Ouse reconciliando lo antiguo con lo moderno.

Presencias fantásticas
En diciembre de 2002, York fue nombrada «la ciudad europea más visitada por los fantasmas». Muchos son los protagonistas que motivaron este codiciado título, otorgado por la Fundación Internacional de Investigación sobre Fantasmas. Soldados romanos que aparecen en la sala del Tesoro de la catedral, la pobre Alice Smith ahorcada por demencia, cuya alma en pena vaga por la calle Mad Alice Lane, o la cuarta esposa de Enrique VIII, Catherine Howard, forman parte de la lista interminable de fantasmas registrados en los anales de York.
Esta ciudad ha sacado buen provecho de todas estas apariciones fantásticas y no faltan atracciones turísticas sobre el tema. No es preciso reservar, sólo se pide compasión por las almas errantes que no acaban de encontrar la paz en esta bella ciudad de York, cada día más visitada por los turistas.

Apasionante visita a los orígenes vikingos de esta ciudad inglesa donde los fantasmas son atracción turística.

Cómo llegar
En avión. Los aeropuertos más cercanos son los de Leeds (33 km), Manchester (136 km), Newcastle (163 km) y Liverpool (166 km), y hay buena conexión por tren y autobus entre éstos y York. Go (www.go-fly. com) enlaza directamente Madrid y Barcelona con Liverpool. British Airways (902 111 333) vuela desde Madrid y Barcelona hasta Leeds, con escala en Londres.

Las visitas más interesantes
Castle Howards. A 24 kilómetros de York, este castillo sirvió de escenario a la serie Retorno a Brideshead, Tel. 44 1653 648 333.
Museo nacional de ferrocarriles.Declarado Mejor Museo Europeo en 2001, es uno de los mayores en su tema.
De compras por The Shambles. La calle medieval y comercial por excelencia reúne los comercios más típicos de la ciudad.
Pubs con fantasmas. Los cinco pubs con apariciones fantásticas son The Black Swan, The Old Starre Inn, The Cock and Bottle, The York Arms y The Snickleway Inn.

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