ALTO TORMES

La amurallada población de El Barco de Ávila es la meta principal de nuestro recorrido que transcurre entre el valle del río Tormes y las vistas de la sierra de Gredos.

Por Pedro Madera
Fue el rey Alfonso XIII uno de los pioneros en descubrir las bellezas naturales y la riqueza que encierra el valle del río Tormes. Por un momento, volvemos a principios del siglo XX e imaginamos al rey mandando construir la llamada Trocha Real, una senda que conduce desde Navarredonda hasta la laguna Grande de Gredos. Aunque los años han pasado, las gentes de estas tierras aún guardan el recuerdo del pabellón de caza de Gredos que hizo levantar el monarca y que dio lugar al primer parador nacional de España.

Donde nace el Tormes
Seguimos la senda «real» y llegamos a los prados de Tormejón, junto al puente del Duque, un lugar privilegiado donde el Tormes ve nacer los primeros soles en la ladera norte de la sierra de Gredos. En medio de un paisaje idílico, las aguas corren alborotadas y encajonadas entre montes que superan siempre los 1.300 metros de altitud.
Igual que hicieron los nobles que acompañaban a Alfonso XIII en las monterías, seguimos el cordel de ganado del puerto del Pico –que separa las cuencas fluviales del Alberche, al este, y del Tormes, al oeste, y encontramos Navarredonda de Gredos. Es éste un pueblo eminentemente serrano en el que desde hace más de cien años muchos cazadores toman su café mañanero. Nosotros hacemos aquí una parada para luego seguir nuestro camino junto al Tormes.
Hoyos del Espino, un tradicional pueblo ganadero, es hoy el principal centro turístico de la región y punto de partida
de numerosas rutas. Una de ellas es la que asciende hasta la plataforma de Gredos.

Hacia la laguna Grande
La excursión se realiza siguiendo de nuevo la senda «real» que, a través de paisajes de gran belleza, nos lleva hasta el circo de Gredos. Aquí, bajo la mirada de las cimas del Almanzor –el pico más alto de Gredos, de 2.593 metros– y la de La Mira, encontramos la laguna Grande.
En estas latitudes, nos ro-dean extensos prados de alta montaña y pozasde aguas cristalinas y se disfruta de unas vistas inolvidables del Almanzor.
De regreso paramos en Navecepeda de Tormes, donde los ancianos todavía recuerdan el paso del rey por estas tierras. Este pueblo ha apostado fuerte por el turismo rural manteniendo en todos sus rincones su sabor tradicional.

Pueblos tranquilos
Rodeados de robles, chopos, arroyos y torrentes, prados de siega y piornales, se des-cubren por el sendero junto al Tormes otros bellos ejemplos de la arquitectura popular de Ávila: pueblos con casas de piedra y calles adoquinadas, gentes dedicadas a la ganadería y a sus pequeños huertos. Con la tranquilidad que sólo se puede respirar ya en rincones como éstos, pasamos por Horcajo de la Ribera y La Lastra del Cano. Ambos son pueblos con parroquias abandonadas, gallinas que picotean por la calles, mujeres vestidas de negro, fuentes de caño en las plazas; lugares donde no se ven ni coches ni rótulos, ni siquiera para anunciar un pequeño bar, porque no los hay. Parece, de verdad, que el tiempo se ha detenido aquí.

El Barco de Ávila
La cañada se mezcla en ocasiones con el asfalto de la carretera, pero no por ello deja de perder su encanto. Sauces, robles y encinas son nuestros compañeros por el cordel del ganado que toca a su fin en El Barco de Ávila.
Su nombre se refiere a una antigua barca que se usaba para cruzar el Tormes, pero su fama se debe principalmente a sus célebres judías –suaves y mantecosas– que en su día ya probó Alfonso XIII.
Con la famosa estampa de las murallas y el castillo de Valdecorneja del siglo XV, situado sobre un promontorio a orillas del Tormes, vemos el río que se encamina ya hacia Salamanca, otra tierra de reyes. Sin embargo, si algún lugar quedó definido por el paso de Alfonso XIII, ése es sin duda el valle del Tormes.

3 Comments:

  1. Anónimo said...
    Este comentario ha sido eliminado por el autor.
    Anónimo said...
    Este comentario ha sido eliminado por el autor.
    Anónimo said...
    Jacinto de Tormes, Eça de Queiroz, La Ciudad y las Sierras

Post a Comment