Los valles de Nansa, Cabuérniga y Pas encierran los paisajes rurales más genuinos de la cordillera Cantábrica, la cadena montañosa que limita y define Cantabria. Las tres cuencas se abren casi en paralelo a unos 40 kilómetros de Santander, y tienen dos puntos de acceso principales: la localidad de Cabezón de la Sal para visitar el valle de Nansa, el más occidental, y Cabuérniga; Puente Viesgo, para el valle de Pas, el más oriental. Si se opta por remontar el río Nansa desde la costa, se suceden los pueblos de más carácter, desde Celis a Puentenansa, la gran población del valle y cruce de caminos. Río arriba hacia Tudanca, el camino cobra un encanto propio de un cuento gótico, que desemboca en un refugio de la civilización como es la Casona del pueblo de Tudanca, el lugar donde el pensador y escritor José María de Cossío (1892-1977), autor de la más célebre enciclopedia taurina, se retiraba a meditar. Si desde Puentenansa se toma la opción de desviarse hacia Liébana, el lugar más fascinante de ese recorrido es el pueblo de Cicera, un lugar remoto que hasta hace poco no aparecía en el plan de carreteras. O Carmona, una de las localidades de la cordillera Cantábrica que exhibe la arquitectura tradicional, con edificios de piedra y tejas rojas. El descenso desde la Collada de Carmona, la frontera que separa el Nansa de la cuenca del Saja y del valle Cabuérniga, es otro cruce de caminos que seduce por sus miradores y sus bosques de castaño. Conviene detenerse en Bárcena Mayor, localidad en la que se erigen varios edificios civiles de los siglos XVI y XVII. Se halla a las puertas del Parque Natural Saja-Besaya. Por otro lado, el pueblo de Puente Viesgo, a 38 kilómetros de Santander, es el acceso principal al valle del Pas. Vega del Pas es la aldea que se encuentra a más altitud del valle. Aquí habitaro los pasiegos, el pueblo ganadero que marcó la particular forma de vida del valle. Por último, merece la pena seguir la ruta panorámica que atraviesa el puerto de Braguía, hacia la localidad de Selaya.

Los valles de Nansa, Cabuérniga y Pas preservan los paisajes más genuinos de la montaña cántabra. Se extienden casi en paralelo y de sur a norte, unos 40 km al sur de Santander, la capital de Cantabria.

Llegar y desplazarse
La mejor forma de recorrer la zona es en coche. Desde Santander se pueden tomar varias carreteras comarcales que penetran en estos valles. La capital cántabra se emplaza a 494 km de Madrid y a 708 km de Barcelona. A Santander llegan autocares de línea desde muchos puntos de la Península (www.santandereabus.com) y trenes de largo recorrido de RENFE (www.renfe.es). Asturias y País Vasco cuentan además con un tren de vía estrecha (www.feve.es). El aeropuerto de Santander recibe vuelos de Madrid y Barcelona, algunos de bajo coste. En la misma terminal hay empresas de alquiler de vehículos.

Dónde dormir
En los valles de la ruta existe una oferta variada que abarca desde hoteles de tres estrellas hasta apartamentos y hostales, albergues y cámpings. Cabe destacar el alojamiento en casas rurales, diversificado en casonas y granjas de labranza (www.cantabriarural.com).

Termalismo
El balneario de Puente Viesgo es el más famoso de la zona. Inaugurado en 1850, sus instalaciones se ampliaron en 2006 con el Templo del Agua, que recuerda unas termas romanas (www. balneariodepuenteviesgo.com).

Cabezón de la Sal
Es la principal población de la zona y ejerce como puerta de entrada a los valles de Nansa y Cabuérniga. La localidad conserva la iglesia de San Martín (siglo xvii), el molino de la Cabroja (siglo xviii) casas hidalgas y palacios como La Bodega y Ygareda (ambos del siglo xviii), este último es sede del Museo de la Naturaleza de Cantabria. El centro, de entrada gratuita, muestra los diversos ecosistemas que conviven en la región cantábrica y organiza itinerarios guiados (www.museosdecantabria.com).

Valle de Nansa
Una buena forma de conocer este valle es recorrerlo desde la costa por la carretera CA-181, que remonta el curso del Nansahasta el embalse de Cohilla, cerca del nacimiento del río. A lo largo de la ruta se visitan pueblos como Celis, ejemplo de arquitectura de montaña; Puentenansa, el mayor núcleo del valle; o Tudanca, donde está la casona del escritor José María de Cossío (1892-1977), transformada en museo. A 4 km en dirección al valle de Cabuérniga, aparece la aldea de Carmona. Declarada Conjunto Histórico Artístico, conserva intactas sus calles empedradas y casas tradicionales; destaca el palacio de los Mier, que alberga un Parador de la Diputación.

Valle de Cabuérniga
Cabezón de la Sal es el principal acceso a este valle, aunque también se alcanza desde el vecino valle de Nansa. Desde la Collada de Carmona –mirador natural a 611 m de altitud–, se contempla este valle regado por el río Saja. La zona alberga paisajes de gran belleza, como el paraje de castaños centenarios que hay en el pueblo de Terán. La población de Valle de Cabuérniga, en el tramo central del valle, presenta calles empedradas y varios ejemplos de arquitectura montañesa de los siglos xvi al xviii. Dispone de una variada oferta de rutas turísticas por los alrededores (www.cabuerniga.org).

Bárcena Mayor
Hacia el sudeste de valle, a 16 km, se localiza Bárcena Mayor, declarado Conjunto Histórico Rural por la buena preservación de su núcleo antiguo. Conserva casas de los siglos xvi y xvi, con muros de piedra y balcones de madera.
Desde el pueblo hay varias posibilidades senderistas. Las rutas más populares conducen a las ermitas del Carmen y del Moral, aunque la principal atracción es recorrer los senderos del Parque Natural Saja-Besaya, cuyo acceso está a 7 km. La reserva abarca una extensión de 254 km2, con montañas y bosques en los que habitan ciervos, lobos, corzos, jabalís y urogallos; cuenta con zonas de acampada (www.cantabriajoven. com).

Valle de Pas
Desde Cabezón de la Sal hacia el este, se extiende este valle de la cuenca del río Pas y su afluente el Pisueña. Se suele accedera través de Puente Viesgo, a 38 km de Santander. Este valle es un rincón de marcado carácter rural, cuyos habitantes genuinos son los pasiegos, que descienden de una comunidad de ganaderos trashumantes que se asentó en las zonas altas hacia el siglo xi. En la aldea a más altitud, Vega de Pas, hay un Museo Etnográfico que explica la cultura tradicional pasiega.

Puente Viesgo
Es la población principal del tramo medio del río Pas, en el denominado valle de Toranzo. Es un antiguo centro de veraneo gracias a sus aguas termales y a las cuevas prehistóricas situadas en las afueras. Entre éstas, destaca el conjunto del Monte Castillo (La Pasiega, La Flecha, Las Chimeneas y Las Monedas), que albergan pinturas del paleolítico. Se ofrecen visitas guiadas de 45 minutos de duración. Información sobre las visitas: Tel. 942 598 425.

Gastronomía
La cocina de la zona se caracteriza por su consistencia. Lo más tradicional es el cocido montañés, elaborado a base de alubias blancas, berzas y carne de matanza. De Puente Viesgo son típicos los platos con salmón y trucha. En cuanto a los postres, destacan los sobaos pasiegos y las quesadas, tartas de queso.

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