Con enormes bloques de piedra caliza, los incas —la cultura más avanzada de la Sudamérica precolombina— sellaron la fortaleza de Sacsayhuamán, en Cuzco. Pero en el siglo XVI desembarcaron los españoles con sus caballos y sus armas y arrasaron toda la ciudadela. En una demostración de poder, los gobernantes instauraron un nuevo orden político y religiosos, y edificaron encima de los símbolos incas. De ahí que nuestro conocimiento sobre los incas esté lleno de lagunas. Tras la invasión, Cuzco fue transformada en la bella ciudad colonial que es hoy. Sin embargo, algunos restos de la civilización incaica permanecieron y con el tiempo se fusionaron con las construcciones hispánicas. Es el caso del Qoricancha o templo del Sol, que conserva los adoratorios de diseño inca, pero combinados con claustros del siglo XVII y con pórticos y ventanales que encierran elementos moriscos. O en el barrio de San Blas, el antiguo palacio arzobispal, que conserva la base de un palacio incaico, pero cuyo claustro interior está enchapado de azulejos coloniales. Pero una ciudad permaneció indemne al proyecto evangelizador de los españoles. Enclavada en la cima de una montaña, aquel que quería acceder al recinto debía andar durante cuatro días, y para contrarrestar el mal de altura, muchos caminantes mascaban coca. Acordonada por el río Urubamba y rodeada de cumbres verdes, se encuentra la ciudad sagrada de Machu Picchu, prácticamente una ciudad invisible, ya que no fue descubierta hasta 1911, por el explorador de origen hawaiano Hiram Binghan. Antes de entrar en las ruinas de la ciudadela hay que pasar a través de unos campos parcelados divididos en terrazas que confieren a la montaña la apariencia de una pirámide. Una vez en las ruinas, el principal atractivo es el Intihuatana, la «piedra donde se amarra el Sol». Un nombre evocador de la importancia que los incas le concedían a la cosmología. Para los incas, el tiempo era circular y los ciclos se repetían uno tras otro. El Intihuatana era el reloj de la vida de los incas.

A tener en cuenta
Se precisa llevar el pasaporte en regla para visitas turísticas a Perú. Hay dos estaciones climáticas: la seca, de mayo a octubre, es la mejor para realizar este viaje; la húmeda, más lluviosa, es de octubre a abril. El huso horario es 6 horas menos en relación a la Península Ibérica. La moneda del Perú es el nuevo sol; 1 euro equivale a 4,2 nuevos soles. Lima y Cuzco son los mejores lugares para el cambio de moneda. Las tarjetas de crédito se aceptan en zonas turísticas; en Cuzco se encuentran cajeros automáticos.

Cómo llegar
Desde Madrid, varias compañías realizan a diario el trayecto directo hasta Lima, capital de Perú. Allí se conecta con vuelos de una hora a Cuzco –la distancia entre ambas es de 1.165 km–, cuyo aeropuerto dista 10 minutos del centro de la ciudad.

Alojamiento
La mayor oferta la reúne Cuzco, donde se puede dormir en casas coloniales acondicionadas como hotel. En Aguas Calientes –el pueblo más cercano a Machu Picchu– y otras localidades del Valle Sagrado hay hoteles, hostales y alojamiento en casas privadas. Cerca de Machu Picchu hay un hotel desde el que contemplar la ciudad fuera del horario de visita. Sobre alojamiento: www.peru.info/peru.asp.

Visitas imprescindibles
Cuzco. Era la capital del Tawantinsuyo, el imperio de los incas. En Cuzco la arquitectura colonial se levanta sobre las ruinas de la ciudad inca, como se ve en la iglesia de La Compañía, en la Plaza de Armas, erigida sobre los cimientos del palacio de Huayna Cápac, el último emperador de los incas. El templo del Sol o Qoricancha hoy forma parte del convento de Santo Domingo, de estilo colonial. Merece una visita el Museo Inca, cerca de la plaza de Armas, por su colección de joyas y objetos prehispánicos.
Sacsayhuamán. Era la antigua fortaleza que defendía Cuzco y una de las ruinas más monumentales de arquitectura precolombina. Se conservan tres muros y la base de las torres de defensa. Aquí Francisco Pizarro derrotó definitivamente a los incas.
Pisac. Pisac es un atractivo pueblo colonial a 32 km de Cuzco, en el Valle Sagrado. En los montes cercanos se conservan las ruinas de la antigua ciudad inca. Para acceder hasta ella se puede subir en coche o caminar por un sendero que discurre entre terrazas de cultivo.
Nevado Ausangate. Esta cumbre de 6.372 metros, ubicada al sur de Cuzco, es uno de los apus o sitios sagrados de los incas. Es la cima más alta de la zona y la primera que se distingue camino del valle del Urubamba.
Tren de Machu Picchu. La línea conocida con este nombre parte de la estación de San Pedro, en Cuzco. El tren remonta el río Urubamba pasando por los pueblos de Anta, Ollantaytambo, Chilca y, por último, Aguas Calientes, que debe su nombre a unas termas; desde esta última aldea, se accede a Machu Picchu en autobús. Los trenes privados que cubren el recorrido son bastante cómodos, rápidos y puntuales, al contrario de las líneas locales.
Camino del Inca. Es la histórica senda de Machu Picchu. Requiere cuatro jornadas de marcha, acompañados de un guía y previo pago de un permiso. Empieza cerca del pueblo de Chilca y atraviesa aldeas y vestigios de la época inca. El primer día es el menos exigente: recorre el tramo entre el río Urubamba y el pueblo de Wayllabamba. El resto de jornadas se salvan pasos de montaña más exigentes. Existe una versión «corta» del Camino, de sólo dos días.
Machu Picchu. La ciudadela de Machu Picchu permanece abierta al público hasta las 17 h todos los días. Es uno de los enclaves precolombinos más importantes de América, y uno de los que se halla en mejor estado. Además de templos, la muralla y terrazas de cultivo, en el recinto destaca el Intihuatana, en el sector hurin o noble. La Intihuatana o «piedra que amarra el sol» es el monolito que establecía el ciclo de las estaciones y las cosechas.

Lo mejor de Cuzco
Es fácil recorrer a pie el centro histórico de la antigua capital inca, situado alrededor de la plaza de Armas y de la catedral renacentista, construida sobre un palacio inca. En el barrio de San Blas se concentran talleres y tiendas de artesanos, emplazadas en casonas coloniales. La calle Hatunrumiyoc es muy popular, ya que mantiene el suelo empedrado de la época inca. Es aconsejable visitar el Museo de Arte Precolombino, sobre las culturas de Perú (www.infocusco.com).

Visitar los recintos incas
Es imprescindible adquirir el Boleto Turístico para entrar en los yacimientos arqueológicos peruanos; para Machu Pichhu hay un billete especial, de venta en la entrada de las ruinas. En Cuzco se puede comprar el boleto en el Instituto de Cultura, en la c/. San Bernardo. Los recintos abren desde las 8 hasta el atardecer. En Cuzco hay agencias que organizan excursiones que incluyen desplazamientos y entradas. La zona está a 3.500 m de altitud, por lo que es posible padecer mal de altura. Para prevenirlo, el ascenso debe ser gradual, beber mucho líquido y mate de coca.

Hacia el Valle Sagrado
Cerca de Cuzco se pueden visitar diversos yacimientos, la mayoría construidos alrededor de 1500 d. C. Lo mejor es alquilar un coche o taxi y guía, ir en autobús o incluso a pie. A 3 km se halla Sacsayhuamán, antiguo recinto fortificado donde cada junio se celebra la Fiesta de Sol. Qenko, 3 km al nordeste, era un lugar sagrado y centro ceremonial. Puca Pucara, 7 km al noreste, cuenta con altares, plazas y acueductos. Y Tambo Machay, 8 km al norte, tuvo una importante función religiosa. Más alejado, al nordeste de Cuzco, se extiende el Valle Sagrado del río Urumbara donde es imprescindible recalar en las localidades de Pisac, Urabamba y Ollantaytambo, ésta a 97 km de Cuzco. Aunque el recorrido se puede realizar en un día, es mejor dedicarle más tiempo (www.discovercusco.com).

El Camino del Inca
Llegar a Machu Picchu por el antiguo Camino del Inca es uno de los trekkings más populares del país. La ruta más larga se inicia en el km 82 de la línea férrea Cuzco-Machu Picchu, donde también paran los autocares de Cuzco, a 114 km. Esta excursión es de 4 días. Otra opción de 3 días se inicia en el km 104 de la misma vía. Estos recorridos sólo se contratan en agencias autorizadas, con guías encargados de llevar equipos de acampada, la comida y los permisos de entrada. Como la visita a Machu Picchu está restringida a 150 visitantes al día, es mejor reservar. Los que no quieran caminar pueden llegar en tren desde Cuzco hasta la estación de Aguas Calientes, al pie de Machu Picchu.

Actividades
Junto a las visitas arqueológicas este viaje ofrece una vertiente aventurera: desde canoas por el río Urumbara a rafting por los rápidos del Apurimac y ala delta sobre el Valle Sagrado. En Cuzco hay empresas que los organizan (www.rumbosperu.com).

Artesanía
Tejidos, cerámica, cueros, joyas en plata, prendas en lana de alpaca y tallas son las artesanías de la zona. En Cuzco destaca el barrio de San Blas. En Aguas Calientes y en Pisac hay mercados indígenas donde se respira una atmósfera andina.

Gastronomía
Los más sabrosos y típicos potajes de la zona son el chuño cola (carne, garbanzos, salchichas, arroz y papas), rocoto relleno de carne molida, pasas y maní, y el kapchi, sopa de habas con papas, leche, huevos y queso. Sobre la oferta culinaria: www.perumuchogusto.com.

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