El Lago de Garda

Encerrado entre montañas de origen glacial, el lago de Garda goza de un clima templado que alentó, desde la época romana, el cultivo de la vid, el olivo y el ciprés. Sus 370 kilómetros cuadrados se extienden entre las regiones de Lombardía, Véneto y Trentino. El poeta romano del siglo I a. de C. Valerio Catulo residió en una villa en la península de Sirmione, desde la que cantó a la belleza del mayor lago de Italia. Grandes escritores como James Joyce o Ezra Pound han peregrinado hasta Sirmione y han paseado por sus caminos con el fin de empaparse del espíritu del poeta Catulo. En el extremo de esta península se levanta un majestuoso castillo del siglo XIII, la Rocca Scaligera; sus muros son testimonio de la lucha entre dos poderosas familias de la época, los Scaligeri de Verona y los Visconti de Milán. Al oeste de Sirmione, el golfo de Desenzano es un enclave muy apreciado por los amantes de la vela. Al bello paseo que recorre el lago se asoma la plaza Malvezzi, en cuyo duomo puede contemplarse una Última Cena de Giambattista Tiépolo, figura cumbre del barroco italiano. Más allá de Desenzano, la localidad de Saló —que fue el último refugio de Benito Mussolini—, atesora espléndidos espléndidos palacios renacentistas, además de una catedral de estilo gótico tardío y portal renacentista. En los cafés de Gardone Riviera, situados junto al lago, se sentaron personalidades como Franz Kafka, Sigmund Freud y Winston Churchill. De camino hacia la ribera oriental del lago aparece Gargagno, un antiguo pueblo de pescadores, pues en el lago abundan las truchas, las anguilas, los lucios y las percas, base de la cocina local. Tampoco se debe desdeñar el cultivo del limón. J.W. von Goethe resumió con este verso el encanto del lugar: “¿Conoces el país donde florecen los limones?”.

Cuándo ir
El suave clima mediterráneo de la zona ha contribuido a hacer del lago de Garda un destino turístico de gran atractivo. Septiembre es un buen mes para visitar la zona: el calor del verano ya disminuye y el paisaje de viñedos están en su apogeo.

A tener en cuenta
Para viajar a Italia sólo hace falta el DNI. La moneda es el euro.
En las oficinas de turismo de los pueblos del Garda venden la Promotion Card, un abono que permite visitar a precios reducidos muchos museos de interés de la zona. Hay más información en: www.rivieradeilimoni.it.

Cómo llegar
En avión, lo más recomendable es volar desde España hasta el aeropuerto de Milán, conectado con el centro por taxis, trenes y autobúses. Desde Milán salen trenes que llegan a la ciudad de Sirmione, situada en el sur del lago y origen de nuestra ruta.
Otra opción es alquilar un coche en el aeropuerto milanés y recorrer por carretera los 137 kilómetros que hasta Sirmione.

Moverse por la zona
Las localidades de la periferia del lago se pueden descubrir por la carretera conocida como la Gardesana. Se trata de una vía de 150 kilómetros, que no deja de ofrecer bellas panorámicas, en especial de la orilla oeste. También hay líneas regulares de autobuses que unen los pueblos de la zona (www.garda.com).
El Garda también se recorre navegando por sus aguas en barcas turísticas. En varias poblaciones se puede contratar esta excursión. Para cruzar de orilla a orilla, lo mejor es utilizar los transbordadores que salen de Maderno y Torri del Benaco (www.navigazionelaghi.it).

Dónde dormir
La oferta de alojamiento en el Garda es muy extensa. Se puede elegir entre dormir en hoteles, en cámpings, establecimientos de bed & breakfast, casas de turismo rural o lujosas villas. Información sobre alojamiento en la web: www.gardalake.it.

Vinos del Garda
En las riberas del Garda los viñedos forman parte del paisaje. La región cuenta con varios vinos con denominación de origen. El Garda Clásico es uno de los más codiciados; otros caldos de la zona son Bardolino o Soave, Lugana, Valpolicella y San Martino della Battaglia. Los vinos acompañan los platos típicos, en su mayoría de pescado. Otros productos locales son el aceite de oliva, la miel y en el norte también los quesos. Web sobre gastronomía: www.infotremosine.it.

Principales visitas
Sirmione. Localidad situada en una península de 4 km de la ribera sur. Alberga una fortaleza del siglo XIII, la Rocca Scaligera, y las ruinas de una villa romana, denominadas Grutas de Catulo. El tránsito de vehículos está prohibido dentro de la ciudad antigua.
Desenzano. Frente al golfo del mismo nombre, es uno de los principales centros turísticos del lago. Destaca por la plaza Malvezzi, el Puerto Viejo, las casas porticadas del centro, el museo arqueológico Giovanni Rambotti y la catedral.
Gargnano. Muy popular entre los practicantes de la vela, este pueblo de la orilla oeste está rodeado de campos de olivos y antiguas plantaciones de limoneros. En septiembre organiza una popular regata denominada Centomiglia.
Tignale. Municipio de la orilla oeste formado por seis aldeas instaladas en un altiplano. Desde el santuario de la Virgen del Monte Castello se consiguen magníficas vistas sobre el lago de Garda.
Limone sul Garda. En sus alrededores aún se conservan las construcciones donde se cultivaban limoneros hace algunas décadas y algunos edificios venecianos. El pueblo está instalado en una bahía de la ribera occidental.
Riva del Garda. Dentro de la provincia del Trentino, es la ciudad principal del norte del lago. En sus calles y en su puerto perviven muestras de la importancia que tuvo como puerto durante la Edad Media. Merecen una visita el palacio Pretorio, el museo de la Roccay las mansiones del siglo XVIII del casco antiguo.
Punta San Vigilio. Se accede desde las afueras del pueblo de Garda, en la ribera este. En la misma punta se halla la Villa Garuenti, del siglo XVI, una mansión renacentista que permite la visita de sus jardines. El puerto y la pequeña iglesia de San Vigilio merecen una visita detenida.

El sur del Garda
La península de Sirmione, en el sur del lago, es punto de partida de nuestra ruta y también de los barcos que navegan por el Garda (www.navigazionelaghi.it). En el centro histórico y peatonal de esta población destaca la Rocca Scaligera, un castillo del siglo XIII que se puede recorrer. Otra visita de interés es la villa romana Grutas de Catulo, situada a un kilómetro del centro; se puede llegar con un tren turístico desde la plaza de las Termas.
A nueve kilómetros de Sirmione se sitúa la turística Desenzano, frente al golfo de igual nombre, muy atractiva para aficionados a la vela (www. navlaghi.it). Es interesante visitar la plaza Malvezzi, de aire renacentista, donde está el Duomo o catedral. También sobresalen el paseo del Puerto Viejo y el Museo Arqueológico Giovanni Rambotti (www.onde.net/desenzano).

Orilla occidental
Desde Desenzano por la orilla oeste, se llega al acogedor Saló, pueblo a 19 kilómetros. Su visita ofrece un agradable paseo por la catedral y la avenida del lago, donde está el palacio de la Patria, que aloja la oficina de turismo.
A cinco kilómetros está Gardone Riviera, donde es recomendable visitar la villa de Gabriele d'Annunzio, conocida como el Vittoriale degli Italiani, situada en las afueras. De estilo art déco cuenta con una colección de curiosos objetos, reunidos por el poeta (www.vittoriale.it).
La siguiendo parada de la Gardesana es el pueblo de Gargnano, que aparece rodeado de olivos y limoneros; es popular entre los aficionados a la vela.
A 31 kilómetros está la apacible localidad deLimone sul Garda, que toma su nombre del cultivo básico de la zona. Limone destaca por sus iglesias: San Rocco, San Pietro in Oliveto y San Benedetto. Los miércoles celebra un animado mercado.

El norte del lago
A doce kilómetros de Limone sul Garda está Riva del Garda, la localidad más norteña de la ruta por el lago. Conserva un casco antiguo bien conservado donde sobresalen mansiones del siglo XVIII. En el puerto destaca otro castillo, La Rocca; abre a diario y se paga entrada para visitarlo. En su interior alberga el Museo Cívico, que reúne una pinacoteca y vestigios arqueológicos.

Orilla oriental
En Malcesine hay que visitar el imponente castillo Scaligero del siglo VI; se paga ticket de acceso. En esta población vale la pena contratar una excursion para ascender al cercano Monte Baldo, con vistas magníficas del lago. (www.comunemalcesine.it).
A una treintena de kilómetros se emplaza Garda, población que toma su nombre del lago. Es una destinación turística, donde vale la pena disfrutar de sus terrazas y restaurantes con vistas al lago.
El periplo circular por el Garda concluye en Bardolino, con dos joyas monumentales: la iglesia de San Severo, con frescos del siglo X, y San Zeno, ejemplo de arquitectura carolingia del siglo IX (www.comune.bardolino.vr.it).

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