El Cañón del Colorado

El primer parque nacional de América del Norte, Yellowstone, fue declarado el año 1872; hoy, el país cuenta con más de 300.000 kilómetros cuadrados de zonas protegidas, que reciben al año 63 millones de visitantes. Los parques nacionales que se mencionan en el reportaje están repartidos entre los estados de Utah, Arizona y Colorado, en el suroeste de Estados Unidos.

Cuándo ir

Una buena época para visitar los parques del artículo es de abril a mayo y también a principios de otoño, cuando el clima es más benigno, con temperaturas que oscilan los 20 ºC, y menor la afluencia de visitantes.

Cómo llegar
Lo mejor es volar desde España hasta Nueva York, Atlanta o Los Ángeles, donde se conecta con vuelos internos hasta Las Vegas, el punto de partida para visitar los parques del Sureste. Desde Barcelona y Madrid hay varias compañías que vuelan a diario a Estados Unidos, como Delta Airlines (Tel. 901 116 946) o Iberia (Tel. 902 400 500).

Documentación
Los españoles que viajan a Estados Unidos sólo precisan llevar el pasaporte en regla, para estancias inferiores a los tres meses. A partir del próximo mes de octubre de 2004, habrá que expedir un visado turístico obligatorio, que gestiona la embajada de EE.UU; ésta ofrece un servicio de información telefónica de visados, Tel. 807 488 472.

Diferencia horaria
La extensión de Estados Unidos hace que su territorio se reparta en cuatro zonas horarias; la que ocupan los parques del Suroeste tiene diez horas menos con relación a España.

A tener en cuenta
Para entrar en un parque nacional de EE UU es preciso pagar una entrada por persona y vehículo. Si son varios los parques que se pretenden visitar, es rentable comprar el pase Golden Eagle, que cuesta 50 dólares y es válido para todos los parques durante un año. Aquellos que quieran recorrer los parques a pie, es conveniente que conozcan cuál es la dificultad de los trekkings antes de participar en ellos, ya que los hay de distintos niveles. Durante la travesía hay que beber mucha agua, evitar el alcohol, tomar muchos hidratos y protegerse de los rayos del sol. El equipaje debe incluir botas y vestimenta adecuadas para los trekkings. Los parques ofrecen, normalmente, varios tipos de alojamientos, como bungalós, hoteles rústicos y cámpings, otra opción muy extendida. En los meses de julio y agosto, puede haber problemas de plazas y permisos de entradas, sobre todo en el Gran Cañón (www.nps.gov/grca/index.htm)

Moverse por la zona
Alquilar un coche es la mejor opción para visitar los parques del Suroeste del país; éstos se pueden alquilar sin dificultad en Las Vegas. Los parques ofrecen una extensa red de senderos bien marcados para seguir en una o varias jornadas. En los Centros de Visitantes organizan trekkings, vuelos en helicóptero, rutas a caballo y descensos en balsa por el río Colorado, del que surgen más de 150 rápidos. Todas las actividades están supervisadas por los rangers. También hay parques que ofrecen rutas arqueológicas, como en Mesa Verde, donde se sigue la huella de los indios anasazi, visitando sus viviendas en lo alto de los acantilados que presiden el río Colorado. En Monument Valley viven indios navajos que trabajan como guías y rangers del parque. En el Bryce Canyon organizan visitas nocturnas hasta el 18 de octubre del 2004.

Principales visitas
P.N. del Gran Cañón. Es el símbolo del suroeste. Desde South Rim hay buenas vistas a algunos de los espectaculalres desfiladeros.
P.N. Bryce Canyon. Más que un cañón, es un gigantesco anfiteatro natural con formaciones rocosas de caprichosas formas.
Monument Valley. Sus torres de roca rojiza surgen del desierto creando una de las imágenes más famosas del Oeste americano.
P.N. de Canyonlands. En la confluencia de los ríos Colorado y Green, este parque reúne una gran diversidad de cañones, agujas rocosas y paisajes de gran belleza.
P.N. de Arches. Impresionante parque, caracterizado por tener la mayor concentración de arcos naturales del mundo.
P.N. Mesa Verde. Documento excepcional sobre los indios anasazi gracias a los edificios que se conservan de esta cultura. Los anasazi –«ancianos», en idioma navajo– habitaron esta región durante más de mil años y desarrollaron una sofisticada sociedad, una compleja cosmología, extendidas relaciones comerciales y grandes habilidades constructivas, pero aún no se sabe por qué en el siglo xiii abandonaron sus ciudades. El Parque Nacional de Mesa Verde reúne la mayor concentración de edificios anasazi; entre ellos destaca el Cliff Palace, con cuatro pisos de altura. Algunas ruinas sólo pueden ser visitadas por pequeños grupos acompañados por un ranger, y otras no son aptas para todo el mundo, ya que los anasazi construían a veces en lugares casi inaccesibles. El suroeste de Estados Unidos es la zona del país donde los distintos grupos de indios americanos han mantenido más su cultura, su lengua, sus tradiciones y su dignidad. Los navajos constituyen el pueblo más numeroso, con más de 250.000 miembros, lo que supone un milagro teniendo en cuenta que hace 150 años fueron casi exterminados. Su reserva ocupa más de 60.000 kilómetros cuadrados al sur y al este del Gran Cañón. En medio de la reserva se hallan los hopis, 10.000 personas, con una compleja y fascinante cosmología aún viva. Más al sur hay reservas apaches, mientras que en Nuevo México están los indios pueblo, que se consideran descendientes de los anasazi.
Las Vegas. Representa el contraste más salvaje con el paisaje natural del suroeste americano. Es una ciudad-casino glamourosa y hortera a la vez. Tras varios días en los parques del suroeste de Estados Unidos, llegar a Las Vegas es un choque enorme. Cien kilómetros antes de llegar ya se vislumbra la cúpula de luz que emite la ciudad. Las Vegas es uno de los lugares más disparatados del mundo: una ciudad en pleno desierto cuya razón de existir es el juego. En los años 50 –se dice que con mucho dinero de la mafia– se empezó a construir esta ciudad-casino en el único estado del país donde el juego no estaba prohibido. Hoy recibe 30 millones de visitantes al año que casinos y hoteles intentan atraer ofreciendo «espectacularidad»: circos, volcanes en erupción, escenarios que recrean París o Venecia..
Cañón de Chelly. Un cañón de elegantísima belleza en el corazón geográfico y cultural de la reserva navajo.

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