Ecuador e islas Galápagos

Ecuador se sitúa en América del Sur, entre Colombia, Perú y el océano Pacífico. Ocupa una superficie de 259.714 km2 en el continente, además de los 8.010 km2 que cubren las islas Galápagos, el archipiélago ecuatoriano situado en el océano Pacífico, a casi mil kilómetros del continente. La cordillera de los Andes cruza el país de norte a sur y lo divide en tres regiones naturales: la costa, la sierra y la Amazonia. Quito, la capital de Ecuador, y Guayaquil, el puerto más importante del país, son las principales ciudades.

Cómo llegar
Desde España, Iberia (Tel. 902 400 500) tiene vuelos directos a Quito y a Guayaquil. El aeropuerto Mariscal Sucre está a 10 km al norte de Quito, y el Simón Bolívar, a 5 km al norte de Guayaquil. En ambos hay una línea de autobús que conecta con el centro urbano de cada ciudad, y servicio de taxis.

Cuándo ir
En Quito, situado a 2.850 m de altitud, suele hacer una temperatura primaveral durante todo el año, ya que la altura está compensada con la proximidad al ecuador (22 km al norte). En la costa se diferencia entre la estación lluviosa, de diciembre a mayo, con temperaturas medias de 30ºC, y la seca, de junio a noviembre, algo más fría. En la sierra andina, los meses más lluviosos son de noviembre a abril y los más secos, de mayo a octubre. La zona este es la que recibe más lluvias durante todo el año y la humedad es constante. Galápagos, atravesado por el ecuador, mantiene un clima templado y estable todo el año.

A tener en cuenta
Para viajar a Ecuador hay que llevar el pasaporte en regla. La lengua oficial es el español, pero el quechua es más utilizado entre la población indígena. La moneda de uso es el sucre; 1 euro equivale a 30 sucres. Salvo en la zona amazónica, no se requiere ninguna prevención sanitaria. Si se decide ascender alguno de los volcanes ecuatorianos, hay que prepararse para superar los síntomas del mal de altura –dolor de cabeza, náuseas e insomnio–; lo mejor es tomar mucha agua y subir a las montañas gradualmente.

Moverse por la zona
En los principales aeropuertos y ciudades se puede alquilar un coche; la carretera Panamericana recorre el país de norte a sur. La red de autobuses es amplia y conecta todas las ciudades, pero en tramos puede resultar incómodo por el mal estado de las carreteras. Para distancias largas, vale la pena volar con compañías domésticas como Aerolitoral (www.aerolitoral.com) y Tame (www.tame.com.ec), bastante económicas, salvo en los vuelos a las islas Galápagos.

Visitas principales
Quito. La segunda capital del Imperio inca conserva en su casco antiguo espléndidos edificios coloniales y la iglesia de la Compañía, una de las más bonitas de América latina. Hacia el norte, se entra enseguida en contacto con los paisajes andinos dominados por el volcán Cayambe.
Otavalo. En este pueblo se celebra cada sábado el mercado más famoso de Ecuador. En él pueden adquirirse las mejores artesanías del país.
Cotopaxi. Es una de las cumbres más bellas de América y el volcán activo más alto del mundo. Desde su cima se contemplan los altos picos andinos: la llamada Avenida de los Volcanes.
Laguna Quilotoa. El lago de color turquesa ocupa el cráter de un volcán al norte de la localidad de Zumbahua. Es un lugar excelente para realizar excursiones.
Chimborazo. Es el pico más alto de Ecuador y su ascensión requiere tener experiencia en alpinismo. Es interesante la reserva faunística del Chimborazo, donde se reintrodujo la vicuña, animal que había desaparecido de Ecuador.
Cuenca. Preciosa ciudad colonial, a 2.549 metros de altitud, con un casco viejo muy compacto para visitar a pie.
Ingapirca. Son las ruinas de la ciudad fundada por el inca Huayna Cápac en el siglo XV sobre la carretera real que unía Quito con Cuzco (Perú). Se accede desde Cuenca.
Guayaquil. Un recorrido por su paseo marítimo o la visita a alguna de sus playas cercanas acercan al Ecuador de la costa. Es el punto de partida para ir a Galápagos.
Islas Galápagos. Es el gran laboratorio de la naturaleza y un privilegiado zoológico de la prehistoria. Las grandes tortugas, iguanas, focas y pingüinos son fáciles de ver en la superficie. Los fondos marinos de las Galápagos son también espectaculares.

Ascenso a los volcanes
El Chimborazo (6.310 m) y el Cotopaxi (5.897 m) son los dos volcanes más frecuentados por los alpinistas en Ecuador. El primero, por ser la montaña más alta del país y el segundo, por las magníficas vistas que se tienen desde la cima. Todo el mundo puede llegar hasta los refugios de las dos montañas, pero desde ellos la ascensión a la cima sólo deben acometerla personas acostumbradas a la nieve y al hielo y que hayan hecho una buena aclimatación a la altura. Los senderistas pueden hacer excursiones más sencillas por las bases de ambos volcanes. En Quito, el Club de Exploradores de Sudamérica (www.samexplo.org) informa y ofrece servicios de guías por Ecuador.

Llegar a Galápagos
El viaje al archipiélago resulta caro. Además de pagar el vuelo desde Quito o Guayaquil, hay que contar con el pago de una tasa ecológica de unos 100 euros por persona y con el dinero que costará el recorrido por las islas. Lo mejor es llegar con un viaje organizado: facilita los traslados por las islas y el alojamiento. El viaje se puede contratar en España o en una agencia de viajes de Quito o de Guayaquil. Los circuitos pueden ser con base en una isla y excursiones de un día a otras más cercanas o pernoctando en diferentes islas. También se pueden contratar cruceros que recorren las islas y en los que se duerme en el barco. Si se llega por libre a uno de los aeropuertos de Galápagos, el de San Cristóbal o Baltra, hay riesgo de que no haya plaza en los barcos que recorren las islas.

Entre islas
La ciudad principal de las Galápagos es Puerto Ayora, de donde salen la mayoría de los circuitos. No se puede viajar por el archipiélago en barco propio. Las islas están protegidas en un parque nacional desde 1959, que incluye una reserva marina con sectores para bucear. Las excursiones se realizan con guías expertos en fauna que hacen cumplir normas estrictas, como la obligación de seguir senderos, no tocar a los animales, ni darles de comer.

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