Amazonas

El estado de Amazonas, en el norte de Brasil, es el mayor del país. Ocupa un millón y medio de kilómetros cuadrados de superficie; su territorio está cruzado por la cuenca oriental del río Amazonas. La ciudad principal de la zona es Manaos, desde donde se inician la mayoría de recorridos y excursiones, tanto por el Amazonas como por el Río Negro. En Manaos viven millón y medio de personas de los tres millones del total del estado. El río cruza todo Brasil hacia el este, hasta desembocar en el océano Atlántico, junto a la ciudad de Belém –ésta en el estado de Pará–, la ciudad más histórica del Amazonas, con un ambiente de puerto tropical.

Cómo llegar
La compañía Varig (Tel. 916 259 715) vuela desde Madrid, vía São Paulo, al aeropuerto Internacional Eduardo Gómez de Manaos, situado trece kilómetros al norte de la ciudad. Iberia (Tel. 902 400 500) vuela a Brasilia, São Paulo y Río de Janeiro, donde se puede conectar con vuelos internos de Varig a Manaos. Esta compañía dispone del Air Pass, cupones para diez trayectos internos con precios más económicos. Desde el aeropuerto de Manaos sale el autobús de línea Aeroporto Centro 306 que lleva hasta la Plaza da Matriz, en el centro.

Cuándo ir
Las estaciones en Brasil son las opuestas a las de Europa; allí el invierno abarca del mes de julio a agosto. La cuenca amazónica es rica en precipitaciones, sobre todo en la zona de Belém. La temperatura media ronda los 30 ºC, pero con un alto índice de humedad que parece que sea mucho más alta. Entre enero y marzo es cuando más llueve.

A tener en cuenta
Para entrar en Brasil no se exige visado a los turistas que llegan desde España, sólo el pasaporte en regla para estancias inferiores a 90 días; la vacuna de la fiebre amarilla para visitar la Amazonia es obligatoria –Información sobre Asuntos Consulares de la Embajada de Brasil en España, Tel. 917 021 220–. La unidad monetaria de Brasil es el real; 1 euro equivale a 3,42 reales. Las carreteras en el estado de Amazonas son escasas y suelen estar en malas condiciones; por ello se recomienda realizar trayectos internos en avión o con barcos regulares. En la estación marítima de SERPE, en el Porto Flutuante de Manaos, informan de las líneas y despachan billetes; desde aquí salen ferries hasta las ciudades de Belém y Santarém. También zarpan barcos turísticos como, por ejemplo, El Desafío, una réplica de goleta española, que realiza excursiones por el Amazonas; información en www.viverde.com

Principales visitas
Manaos. Es la capital de la jungla. Una inmensa urbe con interesante arquitectura y cultura. Muy cerca se produce el «Encuentro de las Aguas»: la espectacular unión del río Negro y el Solimões. Emplazada a orillas del río Negro, Manaos actúa como capital amazónica. Aquí hay que pasear por el mercado Municipal, un edificio de hierro forjado construido en 1882, donde se puede comprar artesanía indígena. Otras de las visitas son el Teatro Amazonas, la mansión colonial del palacio Río Negro –que aloja la Pinacoteca del Amazonas–, el Museo Etnológico del Homem do Norte y el Museo do Índio, éste dedicado al modo de vida de los diversos pueblos indígenas. Sin embargo, si se piensa recorrer la zona del Amazonas, una visita obligada para entender el hábitat natural y su cultura es el Museo de Ciencias Naturales de Amazonia, con documentos de su historia y exposiciones sobre fauna.
Archipiélago de las Anavilhanas. Desde Manaos, un recorrido precioso por el río Negro conduce a este laberinto fluvial de espesa y espectacular vegetación.
Reserva Mamirauá. Uno de los pedazos de selva virgen más accesible y mejor preservados. La Reserva de Desenvolvimento Sustentável Mamirauá, fácilmente accesible desde Tefé, es uno de los mejores ejemplos de selva tropical protegida de la cuenca amazónica. Entre los ríos Solimões y Japurá, en el oeste de Manaos, Mamirauá está considerada una de las reservas pioneras en el concepto de desarrollo sostenible. Así, la gestión de este espacio incluye un programa de ecoturismo –reservado al sur de la reserva–, con excursiones por el río, por la selva y alojamiento en bungalós flotantes; otro de conservación de la naturaleza –gestión de bosques y de la pesca–, y uno más de investigación científica.
Roraima. Estado brasileño famoso por los tepuis y por ser territorio de los yanomamis. El fronterizo monte Roraima tiene su mejor acceso desde el pueblo de Santa Elena de Uairén, en Venezuela.
Santarém. Agradable ciudad de arquitectura colonialy lindos parajes próximos a Alter do Chão. Aquí puede verse otro encuentro de las aguas entre los ríos Amazonas y Tapajós.
Belém. Ciudad portuaria y bonita que todavía luce la grandeza de la belle époque del caucho.
Isla de Marajó. Esta isla fluvial es un paraíso de tranquilidad y playas de agua dulce. Al final de la bahía está la isla de Algodoal, con playas vírgenes ya en el océano.

Generosa biodiversidad
La Amazonia tiene una extensión de 6,3 millones de kilómetros cuadrados –unas doce veces el tamaño de España– y posee el 20% del agua dulce del mundo. En su interior, la selva cobija unas 45.000 especies vegetales, más de 500 de mamíferos, más de 2.000 de peces de agua dulce y entre 10.000 y 15.000 de insectos. En una hectárea de selva amazónica hay más especies que en toda Europa. Destacan las miles de variedades de orquídeas y los bosques de caoba y de castaña de Pará. En cuanto a la fauna, sobresalen el boto –delfín–, el pirarucú –un pez enorme apreciado en la cocina–, el oso perezoso, la onça o pantera y el beija-flor, un colibrí muy abundante.

Rutas y actividades
En las oficinas de turismo de Manaos se encargan de gestionar rutas de ecoturismo, con reservas en refugios en la selva. Suele ser conveniente regatear los precios de las excursiones y hay que intentar averiguar si el guía es un buen profesional. Las opciones son múltiples, desde una excursión de unas horas que incluye el almuerzo en un típico refugio, a viajes de varias semanas, durmiendo en la selva y con traslados en barcazas por los ríos Negro y Amazonas. Durante las expediciones se suelen realizar actividades como senderismo, visitas a poblados indígenas, pesca de pirañas, captura de caimanes o convivencia con tribus indígenas, viviendo en típicos caboclos. Otro de los atractivos naturales de la zona es el archipiélago de las Anavilhanas, un laberinto de islas esparcidas por 350.000 hectáreas del Río Negro, rodeadaspor una espesa vegetación; entre mayo y junio, coincidiendo con la época de lluvias y la consiguiente crecida de las aguas, muchas islas quedan sumergidas. Entre mayo y octubre los amantes de la pesca tienen una cita en el río Tocatíns, cerca de Aruaná, considerado uno de los mejores del mundo para la pesca en agua dulce. Una experiencia inolvidable es realizar un vuelo panorámico que se puede contratar en agencias de turismo de Manaos; sobrevuelan la ciudad, la selva amazónica, el río Negro y las islas Analvilhanas.

Encuentro de las aguas
Hay dos espectaculares «encuentros» entre ríos. El más famoso está a diez kilómetros de Manaos; allí confluyen los ríos Negro y Solimões para formar el Amazonas, pero la unión no es inmediata; durante seis kilómetros, las aguas arenosas del Solimões corren paralelas a las oscuras del Negro sin mezclarse. El segundo encuentro se aprecia desde la población de Santarém, donde el Amazonas se une al río Tapajós creando el mismo efecto que el anterior.

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