Este país situado en la costa este de África Central concentra, en unos escasos centenares de kilómetros en el norte de su territorio, la mayor cantidad de fauna salvaje del mundo y el atractivo que muchos viajeros buscan de este continente: Serengueti, cráter de Ngorongoro, garganta de Olduvai y el monte Kilimanjaro. El Parque Nacional de Serengueti y el cráter de Ngorongoro han aparecido retratados en cientos de documentales y en sus escenarios, miles de herbívoros, depredadores y carroñeros emprenden una lucha diaria por la supervivencia. En la garganta de Olduvai, un didáctico museo –con restos de homínidos y animales de hace tres millones de años– permite trasladarnos a los orígenes de la Humanidad. El colofón de este viaje lo pone el majestuoso monte Kilimanjaro, cuyos 5.896 metros constituyen el techo de África. El punto de partida de esta experiencia hacia la fauna africana es la ciudad de Arusha, fundada por los alemanes en 1880 y hoy conocida como capital de los safaris fotográficos por los parques del norte. Nada más abandonar Arusha se recorta en el horizonte la silueta del Monte Meru, que con 4.566 metros es el segundo pico más alto de Tanzania. La gran falla del Rift, es una gran fractura geológica de más de 6.000 kilómetros de longitud que surca todo el este del continente africano, de Etiopía a Mozambique. El volcán Ngorongoro adorna la falla y, aunque hoy en día únicamente conserva su imponente cráter, continúa siendo el lugar más visitado de Tanzania. Treinta kilómetros hacia el noroeste se encuentra la garganta de Olduvai, con su apasionante capítulo de la evolución humana. Continuando con el viaje, la esbelta figura de los masai se dibuja en el horizonte: es el pueblo de pastores seminómadas del Serengueti, cada vez más encerrados en su territorio tras convertirse en parques nacionales y espacios protegidos los lugares donde antaño pastoreaban. Por último, hay que regresar a Arusha para contemplar la última gran joya del norte tanzano, el monte Kilimanjaro. Una montaña que curiosamente no fue descubierta por los europeos hasta 1848, fecha en que un misionero alemán la avistó cuando caminaba por el entonces desconocido interior de Tanzania.

A tener en cuenta
Tanzania no tiene embajada en España. El visado turístico se consigue en el aeropuerto de Dar-es-Salaam, a un precio de 50 dólares americanos. En los viajes organizados, la agencia tramita el visado. La moneda oficial es el chelín tanzano, aunque se acostumbran a aceptar dólares; 1 euro equivale a 1,39 chelines. Es conveniente disponer de efectivo o cheques de viaje. El inglés es un idioma muy extendido en la ciudad de Arusha y en las zonas turísticas.

Custiones sanitarias
Hasta hace poco la vacuna contra la fiebre amarilla era un requisito para entrar en el país. Hay que tomar medidas contra la fiebre tifoidea, la hepatitis, el tétanos y la rabia, así como precauciones contra el SIDA, la malaria y el cólera. El repelente de insectos, el protector solar y beber siempre agua embotellada son precauciones básicas.

Cómo llegar
Lo mejor es volar hasta el aeropuerto internacional del Kilimanjaro, cerca de Arusha. Las agencias especializadas en viajes a África organizan vuelos chárter desde Madrid. Diferentes compañías hacen escala en capitales europeas para viajar hasta Dar-es-Salaam; desde allí hay enlaces hasta el aeropuerto del Kilimanjaro. Es interesante mirar las ofertas para volar a la vecina Nairobi (Kenia), y desde allí enlazar con el aeropuerto de Dar-es-Salaam o del Kilimanjaro. El viaje entre Madrid y el aeropuerto del Kilimanjaro dura doce horas. Esta terminal tiene servicio de autobuses de las mismas compañías aéreas y taxis hacia Arusha.

Los safaris
Al igual que las ofertas de trekking, es necesario asegurarse de qué servicios incluye. Los alojamientos en los parques, por ejemplo, pueden ser desde lodges hasta cámpings. Se debe preguntar si se incluye los siguientes servicios: vehículo, guía, conductor, cocinero, comida, entradas de los parques, recogida desde el aeropuerto y primera noche en Arusha. No está de más aclarar si los guías –o porteadores en el caso de trekkings – deben ser recompensados con una propina al final del viaje. Los safaris requieren protegerse del sol con cremas y gorras. Hay que vestir ropa fresca, incluir alguna prenda de abrigo para las noches, un pañuelo para las zonas polvorientas y unos prismáticos.

Alojarse en lodges
El auge de los safaris ha motivado que existan muchos alojamientos habilitados en áreas naturales. La mayoría se hallan en lugares desde donde se observa la actividad de la fauna al anochecer. Pueden ser hoteles o cabañas. http://www.resortsandlodges.com.

Principales visitas
Arusha. Es la capital de los safaris del norte. Los puntos de interés de la ciudad son el Museo de la Declaración de Arusha –sobre la historia postcolonial del país–, el Museo de Historia Natural. El Via Via es un buen sitio para ver danzas tradicionales de la región. Las compras de artesanía –siempre regateando– se realizan junto a la calle Joel Maeda. Es la ciudad principal de la región norte de Tanzania. Dispone de hoteles de distinta categoría, bancos y varios mercados de artesanía. Está conectada con Dar es-Salaam, en la costa sur, y con la capital del país, Dodoma, por varios autobuses.
Falla del Rift. A medio camino entre Arusha y Ngorongoro, la carretera topa con un gran escalón. Es el punto donde mejor se entiende qué es la Gran Falla del Rift, una grieta de 6.000 km que surca el este de África de norte a sur.
Lago Manyara. Reserva Mundial de la Biosfera, es el hábitat de leones acostumbrados a subir a los árboles de las zonas boscosas. En la orilla del lago que le da nombre, hay cebras, búfalos, flamencos y garzas, entre otros.
Ngorongoro. Este cráter de casi veinte kilómetros de diámetro es uno de los mejores lugares de África para observar los denominados «cinco grandes mamíferos»: león, elefante, búfalo, rinoceronte y leopardo.
Garganta de Olduvai. Uno de los más célebres y ricos yacimientos de mundo en restos de Australopitecus, Homo habilis y Homo erectus. Cuenta con un museo que explica la historia de la Humanidad, las excavaciones y los hallazgos más recientes.
P. N. Serengueti. Las vastas llanuras de este parque, repletas de fauna, han aparecido en cientos de documentales. Las dos áreas abiertas al público son Seronera y Lobo, ambas con varios lodges y zonas de acampada.
Lago Natrón. Esta espectacular laguna salada se encuentra a los pies del volcán Ol Doinyo Lengai, sagrado para el pueblo masai. Aunque su cráter aún está activo, es posible subir hasta él con la ayuda de un guía masai. Las mujeres y niños de los poblados cercanos venden abalorios y acompañan hasta unas cascadas cercanas.
P. N. Kilimanjaro. El parque protege la montaña más alta de África (5.891 m). Si se tiene cierta experiencia montañera es posible alcanzar su cumbre, aunque siempre con un guía acreditado. Desde el pueblo de Marangu parte la vía más popular, de seis días.
P. N. Arusha. Dominado por el monte Meru (4.566 m), el segundo pico más alto de Tanzania, se halla a poca distancia de la ciudad de Arusha. Conserva paisajes y fauna muy diversos.

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