La región de Transilvania, la más frondosa y tradicional de Rumanía, está irremediablemente ligada a un personaje de ficción: Dracula, el terrorífico protagonista de la novela del irlandés Bram Stoker. Los rumanos al mencionar ese nombre siempre se refieren al príncipe Vlad Tepes (1431-1476), considerado todo un héroe nacional en Rumanía. La tierra de Dracula se sitúa entre los montes Cárpatos Orientales y los Meridionales. Un punto de partida para recorrer esta región sería la ciudad de Brasov, fundada por colonos alemanes de Sajonia en el siglo XII. El Museo de Historia y el Ayuntamiento son los principales edificios de la plaza Mayor (piata Sfatalui), el núcleo de esta ciudad comercial. A unos 30 kilómetros se halla el castillo de Bran, comúnmente llamado de Drácula, una fortaleza erigida sobre un risco en el siglo XIV para frenar las invasiones turcas; hoy alberga un completo museo de arte medieval. Pero para contemplar el rico patrimonio medieval de una ciudad de Transilvania conviene dirigirse a Sighisoara, la ciudad natal del conde Vlad Tepes. El casco antiguo medieval de Sighisoara fue declarado Patrimonio Mundial en 1999. La Rumanía más tradicional se saborea en las montañas de los Cárpatos Orientales, que separan Transilvania y Bucovina. La ciudad de Sibiu, antigua Hermannstadt, fue capital de Transilvania en el siglo XVIII, cuando la región pasó a manos austríacas. Se la conoce también como la Ciudad Roja, por el color de sus murallas y la sangre derramada en tiempos lejanos para conquistarlas. En la región de Bucovina, entre el norte de Transilvania y Moldavia, abundan las casas de piedra de ermitaños. Junto a estas se encuentran los viejos monasterios de Bucovina, auténticas joyas decoradas con frescos. El mayor y más célebre de todos es el de Sucevita, un convento fortificado del siglo XVI que exhibe pinturas al fresco en los muros exteriores y en los interiores.

A tener en cuenta
El pasaporte en regla es suficiente para los viajes turísticos a Rumanía. El idioma oficial es el rumano, aunque también se habla alemán. El nuevo leu (RON) es la moneda local; 1 euro equivale a 3,14 RON. La diferencia horaria con relación a la Península es de 2 horas más. Primavera y otoño son épocas idóneas para visitar el país, cuando se registran las temperaturas más suaves (18 y 25 grados C). El clima en Rumania es continental, con inviernos fríos (-10 C en ocasiones) y veranos secos y calurosos (medias de 30 C).

Cómo llegar
El aeropuerto de entrada a la zona es el de Sibiu, a 144 km de Brasov. Desde España hay vuelos directos a Sibiu, con compañías regulares y de bajo coste. El aeropuerto se ubica a 5 km del centro, al que se accede mediante líneas de autobús y taxi. Otra posibilidad es volar a Bucarest, la capital del país, con vuelos directos desde varias ciudades españolas, y trasladarse hasta Brasov (168 km al norte) en tren, autobús o coche de alquiler.

Moverse por la región
Las distintas ciudades de Transilvania están conectadas por una eficiente y puntual red de autobuses y de ferrocarril, tal vez algo anticuada (www.cfr.ro). Probablemente la mejor opción para recorrer la región es alquilar un coche (en alguna agencia en las ciudades y aeropuertos). Hay pocas autopistas.

Alojamiento
La hostelería rumana ofrece variedad de establecimientos (hoteles, moteles, albergues y cámpings) a buen precio, aunque a veces con un confort anticuado para el nivel estándard occidental, a excepción de los de Bucarest, la capital del país (www.romaniantourism.ro). La mejor opción en la región de Transilvania es el turismo rural, con establecimientos en acogedoras casas de campo (www.antrec.ro) y en habitaciones de bred&breakfast (www.bed-and-breakfast.ro).

Las principales visitas
Brasov. Es uno de los centros económicos de Transilvania, que vive del turismo cultural y de montaña. Conserva las murallas medievales. Un teleférico sube al monte Timpa, desde donde se tienen vistas magníficas.
Castillo de Bran. El denominado castillo de Drácula está a 30 km de Brasov, sobre una colina que controla un antiguo paso fronterizo de los Cárpatos entre Transilvania y Valaquia. Admite visitas.
Sighisoara. Su núcleo medieval es un laberinto de calles, plazoletas y pasadizos que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es la ciudad natal del conde Vlad Tepes (Drácula).
Sibiu. Esta ciudad es un gran centro comercial que ha preservado su fisonomía medieval. La plaza Mayor es el punto de partida de cualquier paseo. En el Museo Astra de Folclore hay molinos reconstruidos.
Bucovina. La región al otro lado de los Cárpatos Orientales guarda conventos con frescos de gran valor.
Monasterio de Humor. Además de por sus frescos, es célebre por sus libros con miniaturas.
Monasterio de Sucevita. Convento fortificado del siglo xvi que exhibe pinturas al fresco en los muros exteriores y en los interiores.

La visita de Brasov
La puerta de entrada a la región de Transilvania es una ciudad bella y medieval, arropada por los montes Cárpatos. Su centro histórico y amurallado acoge los principales monumentos: la iglesia Negra, las ruinas de la fortaleza y el edificio del Ayuntamiento. Es recomendable subir en funicular al monte Tâmpa, desde el que se contempla una vista general. Brasov es una ciudad animada con bares y restaurantes; cuenta con agencias que organizan excursiones por la región (www.brasov.ro).

La ruta de Drácula
Entre los itinerarios más populares de Transilvania destaca el circuito que se realiza en torno a la figura del conde Vlad Tepes,conocido como Drácula. La etapa principal es el castillo de Bran, situado 30 km al sur de Brasov, y construido en 1377 sobre una colina desde la que se controlaba un paso fronterizo de los Cárpatos (www.draculascastle.com). Merece la pena visitar la antigua residencia real de verano de Sinaia (a 47 km), en la actualidad un lugar excepcional para practicar senderismo, equitación y esquí en invierno. En esta población también sobresalen el castillo Plas y el monasterio de Sinaia, ambos reconvertidos en museo. Más información sobre esta ruta en: www.mysteriousjourneys.com.

Sibiu
Esta ciudad medieval se localiza a 155 km de Brasov. En 2007 ostenta el título de Capital Europea de la Cultura (www.sibiu2007.ro). El casco histórico tiene más de 800 años de antigüedad y aglutina más de 15 iglesias y el Museo Brukenthal, uno de los más antiguos e importantes de Rumania, con obras de pintores como Rembrant o Rubens (www.brukenthalmuseum.ro). Próximo a la ciudad se halla el Museo Nacional Astra, un espacio al aire libre donde se exhiben muestras de trabajos artesanales y molinos tradicionales (www.muzeulastra.ro).Más información sobre la ciudad y alrededores: www.sibiu.ro,

Sighisoara
Hacia el norte, a 88 km de Sibiu, la ruta continúa hasta Sighisoara, la ciudad natal de Drácula. Destaca por su fortaleza medieval, la mejor conservada de Europa. El núcleo antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999, es un laberinto de calles y plazoletas. Entre ellas se puede visitar el Museo de la Torre, con una importante colección de tapices orientales (www.sighisoara.com).

Monasterios de Bucovina
Esta región del norte de Rumania, situada a 400 km de Sibiu, al otro lado de los Cárpatos Orientales, es famosa por sus «monasterios pintados», así conocidos por los frescos queadornan sus muros exteriores e interiores. El conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. El monasterio más famoso es el del pueblo de Voronet, edificado en 1488 y envuelto por un extenso pinar. Es conocido como la «Capilla Sixtina de Oriente» por sus espléndidas pinturas. El de Sucevita es el monasterio más grande de la región, con apariencia fortificada y pinturas excepcionales como la Escalera de la Virtud. También destacan Moldovita, con su decorada iglesia de la Anunciación (del siglo XVI) y el monasterio de Humor (del año 1530), famoso además de por sus pinturas, por sus libros con miniaturas como las que decoran el poema La caída de Constantinopla (www.turism.ro).

Gastronomía
Una cocina con importantes influencias de países vecinos como Bulgaria. Algunos de los platos típicos son el sarmale (bollos de carne de cerdo en escabeche), el militei (bollos de carne de cerdo aromatizados con hierbas) y muchas sopas consistentes como las de jamón y patatas con carne. También destacan los vinos, la cerveza y la tuica, un licor elaborado con ciruelas.

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