La frondosa Sierra de Sintra, región situada al oeste de Lisboa, ha sido durante siglos territorio de reyes y reinas, refugio de la nobleza europea y lugar de recogimiento de las órdenes monásticas. En un radio de unos 30 kilómetros de Lisboa se hallan tres de las ciudades elegidas por los monarcas lusos para emplazar sus residencias de veraneo: Cascais, Estoril y Sintra. A finales del siglo XIX se construyeron en Cascais abundantes palacetes y mansiones, pero la localidad nunca ha llegado a perder su esencia de pueblo de pescadores. En los últimos años, esta población se ha puesto de moda y el bullicio se ha trasladado a sus plazas y calles empedradas, llenas de tiendas, restaurantes y terrazas. También son muy populares sus magníficas playas de arena blanca, como la de Pedra de Náu, Riviera, Rianhau o Conceiça. Estoril comparte municipalidad con Cascais y es conocida como la Riviera portuguesa, por su pasado de glamour y elegancia. Los reyes y la nobleza se trasladaron aquí para pasar los veranos y también para refugiarse de la segunda guerra mundial. Por último, para llegar a Sintra el camino discurre a través del Parque Natural de Sintra-Cascais, un paraje de una naturaleza exuberante que goza de un clima suave y que fue bien apreciado por monjes y monarcas. El palacio da Pena, proyectado por el arquitecto alemán Von Eschwege en 1840, es un ostentoso modelo de la arquitectura romántica lusa y fue regalo de boda de Fernando de Sajonia-Coburgo (1816-1885) a su esposa, la reina Maria II. Sintra seduce por sus calles y plazas, pero también por la majestuosidad de sus palacios y villas, como la de Regaleira o el de Seteais.

A tener en cuenta
El documento nacional de identidad es suficiente para visitar el país. El idioma oficial es el portugués y la moneda, el euro. Entre Portugal y España hay una diferencia horaria de una hora menos. Otoño y primavera son buenas estaciones para visitar la zona: el clima es más suave, y es más fácil reservar alojamiento y visitar los monumentos.

Cómo llegar
Desde varias ciudades de España hay vuelos diarios y directos hasta el aeropuerto de Lisboa, situado a 17 km del centro. Para trasladarse desde el aeropuerto hay taxis y servicios de autobús cada 20 minutos y de tren hasta la céntrica estación lisboeta de Oriente.
Por carretera, Lisboa está conectada por autopista con España (Sevilla, 396 km; Pontevedra, 464 km; Madrid, 630 km). Desde diversas ciudades españolas hay líneas de autocares. Otra opción es el tren: desde Madrid, por ejemplo, hay servicios diarios que cubren el trayecto en unas diez horas (www.renfe.es).

Desplazamientos
Cascais y Óbidos, inicio y final de nuestra ruta, se sitúan a 105 km de distancia. Lo más cómodo para viajar libremente es el coche; hay empresas de alquiler en el aeropuerto de Lisboa y en las principales ciudades. También podemos desplazarnos en tren; la mayoría de localidades del extrarradio de Lisboa, como Cascais y Estoril, están a media hora de la capital. Asimismo, una red de autobuses interurbanos conecta la zona.

Dónde dormir
El litoral de Lisboa ofrece una amplia gama de alojamientos, que incluye exclusivos hoteles, algunos en palacios y villas, balnearios y complejos hoteleros situados a primera línea de mar. Destacan las Pousadas, emplazadas en edificios históricos (www.pousadas.pt). Una opción más económica son los solares, hoteles rurales y de arquitectura tradicional (www.solaresdeportugal.pt). Sobre alojamiento: www.visitportugal.com.

Mercados
Las poblaciones costeras albergan mercados semanales y tiendas que venden multitud de recuerdos. Destacan los bordados y encajes, la cestería y las filigranas en oro y plata. Peniche es el mayor centro de encajes de bolillos del país y Estoril es famoso por sus azulejos.

Principales visitas
Cabo da Roca. Este acantilado se adentra en el Atlántico y forma el punto más occidental de Europa. Quienes llegan al cabo pueden obtener un certificado de su visita.
Chascáis. Su clima suave y su cercanía a Lisboa la convirtieron en lugar de veraneo para la nobleza portuguesa. Hoy conserva su esencia de pueblo pescador y la elegancia de sus villas nobles.
Estoril. La carretera litoral que discurre entre Cascais y Estoril es magnífica. Esta localidad de veraneo tiene un importante casino y se la conoce como la Riviera portuguesa.
Sintra. Este conjunto natural y arquitéctonico es Patrimonio de la Humanidad, Comprende un conservado centro histórico con un castillo en lo alto, el vistoso Palacio da Pena, el impresionante Palacio Nacional, diversas villas señoriales, parques como el de Monserrate y el austero y curioso convento de los Capuchos. Todo ello, rodeado de una vegetación exuberante.
Parque Nacional Sintra-Cascais. Abarca desde la Sierra de Sintra hasta el Cabo da Roca con una extensión de casi 15.000 hectáreas de bosques frondosos, riachuelos y cascadas .
Playas de Extremadura. El litoral entre Cascais y Peniche ofrece playas recortadas por acantilados como la de Adraga, Santa Cruz, Porto Novo o la isla Baleal, escenario ideal pala práctica del surf.
Óbidos. Situado a 25 km de la costa, es un pueblo medieval amurallado de casas encaladas con buganvillas y geranios. Se conoce como la Villa de las Reinas, pues desde el siglo xiii el pueblo era donado a las reinas como obsequio.

Cascais y su costa
Los principales enclaves de la denominada Riviera portuguesa son Cascais y Estorial, una treintena de kilómetros al oeste de Lisboa.
Cascais aún conserva el aire clásico que la hizo famosa a principios del siglo xx: una fusión de mansiones nobles, calles de ambiente marinero y el puerto deportivo de La Marina. Entre su patrimonio destacan el faro de Santa Marta, el palacio de los Condes de Castro Guimaraes y las murallas de la Ciudadela. Cascais disfruta de pequeñas playas urbanas como Pedra da Náu y Rianhay. A un kilómetro se encuentra la Boca do Inferno, una sima de 20 metros de profundidad, donde el mar penetra por un túnel excavado por la erosión marina. A 8 km se abre la playa de Guincho, idónea para practicar windsurf y excelente mirador sobre el Cabo da Roca, el punto más occidental de la Península.

La señorial Estoril
Desde Cascais, una carretera panorámica sigue la costa hasta Estoril, a 3 km. La localidad impresiona por el estilo señorial de su casas y paseos, y por su Casino, de fama internacional. Una zona de acantilados limita un conjunto de playas, entre las que destacan Tamariz, San Pedro y San Juan. Estas dos últimas son frecuentadas por surfistas durante todo el año (www.estorilcoast-tourism.com).

Sintra y alrededores
A 31 km de Lisboa se descubre Sintra, que cuenta con un conjunto monumental y natural declarado Patrimonio de la Humanidad. Su centro antiguo alberga villas señoriales –algunas convertidas en hoteles– y el impresionante Palacio Nacional. La ciudad se asienta a los pies de la sierra de Sintra, donde se localizan el castillo medieval y el ecléctico palacio de Pena, dos lugares de visita imprescindible.
A 7 km de Sintra se sitúa el convento de los Capuchos (siglo xvi) y el Parque Nacional de Sintra-Cascais, que se extiende desde el Cabo da Roca. Declarado en 1994, sus 15.000 hectáreas engloban una gran diversidad de paisajes, desde la frondosa sierra de Sintra a playas de dunas, lagunas y acantilados. Lo más interesante es caminar por sus senderos. También se puede practicar escalada, cicloturismo y otros deportes de aventura (www.cm-sintra.pt).

Camino de Peniche
Hacia el norte, el litoral entre Cascais y el pueblo marinero de Peniche –a 100 km de Lisboa– atesora playas magníficas, como Adraga, Ericeira, Porto Nova y el istmo arenoso de la isla Baleal, frecuentado por aficionados al windsurf. En Peniche hay empresas que realizan travesías en barco hasta las islas Berlengas, declaradas Reserva Natural de la Biosfera.
Peniche fue un antiguo bastión defensivo y una aldea de pescadores antes de convertirse en centro vacacional gracias a sus 10 km de playas. Su fortaleza del siglo xvi acoge el Museo Municipal, con una colección de arqueología y artesanía local. En los alrededores de la población se halla el santuario de los Remedios (siglo xvi) y, a 2 km, el faro de Cabo Carvoeiro, un excelente mirador. Hay abundante información sobre esta zona en la página web: www.aportugal.com.

Óbidos
Situada a 25 km de Peniche, es una villa medieval muy atractiva. Conserva un castillo del siglo xii y la muralla de la ciudad antigua, que protege un casco histórico con callejuelas salpicadas de casas blancas e iglesias, como las de Santiago y Santa María. La Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad.

Gastronomía
Los restaurantes de esta zona elaboran platos de pescados y mariscos, en especial langostas, lubinas, sargos o el famoso lenguado de Cascais. En Peniche hay afición por las caldeiradas o sopas de langosta y por el arroz con marisco. Otros platos típicos son la sopa de tamboril con poleos –un tipo de almejas– y los jureles asados. Para beber, los vinos de Carcavelos y de Colares.

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