VIAJES POR EL MUNDO

Provenza, donde hermosos paisajes, el arte y la historia se funden, almacena tesoros que han permanecido intactos con el paso del tiempo. Los apasionados del arte podrán celebrar este año el centenario de la muerte de Paul Cézanne de una manera bien particular: introduciéndose en los cuadros que él mismo pintó, en los paisajes en los que transcurrió su vida. Siguiendo una ruta de sudeste a noroeste podrán ver —diez kilómetros al este de Aix-en-Provence— la montaña de Sainte-Victoire que Cézanne inmortalizó en más de ochenta ocasiones, captando todos sus puntos de vista y utilizando toda la gama cromática de su paleta. En Aix-en-Provence se puede visitar todavía el Café des Deux Garçons, donde Cézanne solía encontrarse con el escritor Émile Zola. Continuando hacia el oeste se llega a las tierras de Van Gogh, Arles, donde se reconoce sobre todo el amarillo de sus cuadros y los caminos que recorrió con su amigo Paul Gauguin. En el camino hacia Aviñón, la historia también se hará presente en Saint-Rémy-de-Provence, donde el olor a lavanda, hierbaluisa y romero envuelve el aire y acompaña la visita a la casa donde nació Nostradamus, el Museo de los Aromas y las ruinas arqueológicas romanas y galas. A ambos lados de la localidad, Les Alpilles de Baux y Les Alpilles d’Eygalières, la cadena montañosa conocida como “Los Alpecitos”. La “ciudad de los Papas”, Aviñón, espera al final de la ruta con su palacio, donde el Benedicto XII hizo llamar a su lado al artista toscano Simone Martini. Concluye así un recorrido dirigido al goce y deleite de los sentidos.

La región de Provenza se halla en el sudeste de Francia. Limita con los Alpes al norte, con el valle del río Ródano al oeste, con el mar Mediterráneo al sur, y con Italia al este. Se distribuye entre los departamentos de Alpes-de-Haute-Provence, Hautes Alpes, Alpes Maritimes, Var, Bouches-du-Rhône y Vaucluse.

Cuándo ir
Los meses de mayo y septiembre son los mejores para recorrer la región, pues las temperaturas son suaves, hay menos visitantes y los alojamientos son más baratos. Sin embargo, la región merece una visita en cualquier época del año. Provenza dispone de una amplia oferta hotelera: desde tranquilas casas rurales y cámpings hasta complejos hoteleros de primera categoría. En verano, conviene reservar el alojamiento con antelación. En mayo, la visita coincide con los campos de lavanda en flor, y en septiembre, con la vendimia.

Cómo llegar
Varias compañías aéreas ofrecen vuelos desde Madrid y Barcelona hasta los aeropuertos de Niza y Marsella. En las terminales se puede alquilar un coche.
En tren. Renfe (www. renfe.es) enlaza a diario distintas ciudades españolas con Montpellier. Desde allí, la red de trenes franceses (www.sncf.com) conecta el sur de Francia, con paradas en Aix-en-Provence (a 32 km de Montpellier) y otras localidades provenzales del reportaje.
Otra forma de acceder a la Provenza es por carretera en automóvil. Barcelona se sitúa a 405 km y Madrid a 1.091km. La ruta más directa cruza la frontera por Hendaya o por La Jonquera y después enlaza con la autopista francesa A-9.

Moverse por la zona
Las localidades de Provenza están conectadas por buenas carreteras y distancias cortas, por lo que alquilar un vehículo para desplazarse será la mejor opción. En la región operan varias compañías de alquiler.
Los trenes Trains Express Regional y los autobuses Lignes Express Regionales circulan por todos los rincones de Provenza.

Aix-en-Provence
La ciudad se encuentra en el sur de la región. Es muy aconsejable realizar una visita a pie por el centro histórico. Entre sus monumentos, destacan: la torre del Reloj (siglo XVI), junto al Ayuntamiento; la catedral de Saint-Sauveur y los atlantes de piedra del Hôtel Laurel-de-Pontevès, barroco. La localidad también destaca por su activa agenda cultural. Sobresale el Festival de Arte Lírico (en julio), este año dedicado al compositor Wolfang Amadeus Mozart (www.festival-aixenprovence.com). Otra cita cultural importante del año 2006 es la conmemoración del centenario de la muerte del
pintor Paul Cézanne (1839-1906), que incluye relevantes exposiciones en la Provenza, tierra natal del pintor:(www.cezanne-2006.com).

Arles y alrededores
La ciudad de Arles, a 78 km de Aix-en-Provence, conserva vestigios de su pasado romano en la plaza del Forum, el centro neurálgico de la villa, hoy repleto de cafés. Se conservan restos en muy buen estado del teatro, del anfiteatro y del cementerio romanos. En Arles resulta muy agradable pasear por el bonito bulevar Des Lices, plagado de bares y terrazas donde sirven el típico pastis (licor de anís). Los seguidores de Vincent Van Gogh disfrutarán visitando la casa donde se alojó el pintor holandés que, en el año 1888, vivió una temporada en Arles. A pesar de que hoy no queda ningún cuadro original del pintor en la población, sí se pueden visitar muchos de los escenarios que retrató, como el Pont de Langlois, La Casa Amarilla o La habitación. En Arles también se puede visitar el Museo Camargués. Sus salas explican el entorno natural de la comarca de La Camarga —de la que Arles es la capital—, que forma parte de la Provenza.
La ciudad se encuentra cerca del delta del río Ródano, un paraje declarado parque natural por su alto valor ecológico. La oficina de turismo de Arles organiza excursiones por los humedales de
La Camarga. Más datos enwww.camargue.fr y en www.ville-arles.fr.

Saint-Rémy-de-Provence
Desde Arles, a medio camino de Aviñón, se llega a este pueblo que ha sabido entrelazar el ritmo diario con las hierbas aromáticas que tanta fama han dado a la región de la Provenza y que se ven por las calles, en casas de los herbolarios. El monumento principal es la colegiata de Saint Martin, rodeada de calles y plazas. Destacan dos museos: el de Sade, sobre arqueología, y el museo de Alpilles, etnográfico.
Vincent Van Gogh estuvo internado en el hospital psiquiátrico de St-Paul-de-Mausole, donde pintó obras como Campo de trigo con cipreses y Narcisos. Merece la pena un paseo por sus callejuelas y degustar su variada astronomía. En internet:www.saintremy-de-provence.com.

Aviñón y alrededores
Casi 100 kilómetros al norte de Saint-Rémy-de-Provence se llega a Aviñón, ciudad medieval y antigua residencia papal. Su importancia como capital eclesiástica se aprecia en su principal monumento: el palacio de los Papas, que se alzó como fortaleza en el siglo XIV. El casco antiguo amurallado está lleno de monumentos. El centro se halla en la plaza del Reloj, presidida por el Ayuntamiento y la Ópera. Destacan también el museo de pintura medieval del Petit Palais y el museo Lapidaire con piezas prerromanas. Una cita obligada en julio es el Festival de Teatro de Aviñón, que utiliza como escenario las calles del centro antiguo.
Otro atractivo de la ciudad es la gastronomía: hay numerosos mesones en los que se sirven las típicas papalinas (pasta de hojaldre, con chocolate y licor). Más información en el sitio:www.ot-avignon.fr.
En los alrededores de Aviñón, destaca la vista de L’Isle-sur-la-Sorgue(a 25 km). Es un bonito pueblo surcado por loscanales del río Morgue. Cada mañana, se convierten en un mercado flotante, con vendedores de productos típicos, sobre todo de aceitunas.También haymuchos anticuarios. Más datos:www.proveceweb.fr.

Montañas de Luberon.
La frontera entre la Provenza alpina y la mediterránea ocupa esta región montañosa. Destacan los pueblos coronados por castillos medievales, como Roussillon, Gordes, Bonnieux, Lourmarin y Apt. Las oficinas de turismo locales informan de un circuito en bicicleta que los une. Web: www.terreprovence.com.

Gastronomía
Los principales productos de la gastronomía provenzal (frutas, hortalizas y carnes) se cocinan con toques aromáticos de sus diversos tipos de hierbas. Así sucede con la lavanda, que se usa para condimentar postres y quesos, en especial el de cabra. Los suculentos platos que se ofrecen en los alojamientos rurales de
Provenza permiten descubrir una cocina tradicional. Entre las delicias de la zona está la apreciada trufa negra y otras asequibles, como la anchoiade (pasta de anchoas, ajo y aceite) y la tapenade (aceitunas y anchoa) y el helado de miel y lavanda, con denominación de origen.