Praga

La República Checa se halla en el centro de Europa, rodeada por Alemania, Polonia, Austria y Eslovaquia. El país ocupa una superficie de 78.864 kilómetros cuadrados. La capital del país, Praga, lleva siglos atrayendo a artistas y visitantes que acuden a ella tanto para vivir su actividad cultural como para admirar su belleza. Praga, por muchos considerada la urbe «más bella del Viejo Continente», también tiene el apodo de «la ciudad de las mil torres» por los numerosos campanarios y cúpulas que se alzan en su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de una urbe tranquila en la que viven poco más de dos millones de habitantes –la mayoría de ascendencia eslava y religión católica– a los que hay que sumar unas cien mil personas más, inmigrantes de la Europa del este que llegan hasta aquí en busca de trabajo.

Cómo llegar
Desde España –Madrid y Barcelona– se puede volar hasta Praga en vuelos directos de la compañía aérea Czech Airlines (Tel. 915 426 166 y 934 156 046).

A tener en cuenta
Como requisito de entrada para visitar Praga sólo se precisa llevar el pasaporte en regla. El idioma oficial es el checo, aunque en la capital y en zonas turísticas se hablan inglés y alemán. La moneda es la corona checa; 1 euro equivale a 30 coronas. El inicio del otoño y la primavera son las mejores épocas para la visita; el invierno es muy frío y en verano, aunque hace calor, es cuando recibe más visitantes.

Cómo moverse
La mejor forma para visitar el centro de Praga es a pie. Para desplazarse a barrios más alejados, se dispone de metro, autobús y tranvía, así como del funicular que sube a la colina de Petrín; todos ellos funcionan con puntualidad. Los billetes se venden en estancos y quioscos de prensa –Tábak o Trafika– y en máquinas automáticas que hay en las terminales de autobuses; vale la pena preguntar por abonos más económicos de 24 y 72 horas.

Visitas principales
Barrio Josefov. En el antiguo barrio judío pueden visitarse las sinagogas Alta, Española y la Vieja-Nueva, además del cementerio donde se acumulan 12.000 lápidas.
Iglesia de Nuestra Señora de T´yn. Es el templo gótico más importante de Praga. Sus elegantes torres dominan la plaza de la Ciudad Vieja (Staré Mesto).
Ayuntamiento. El reloj astronómico –siglo XV– de su fachada congrega cada hora a numerosos espectadores para ver el movimiento de las figuras de apóstoles. Desde la torre se tienen buenas vistas sobre la ciudad.
Puente Carlos. Del siglo XIV, es el puente más antiguo de Praga. Su constante animación –vendedores, turistas, artistas...– es seguida por la mirada impasible de las treinta estatuas de santos que lo flanquean.
Plaza de Malá Strana. Edificios renacentistas y barrocos se alzan en medio de la que fuera la plaza del mercado en el siglo XII. Pero la estrella de la plaza es la hermosa iglesia de San Nicolás, obra maestra del barroco praguense.
Castillo. En la colina Hradcany, la ciudadela representa el poder desde el siglo IX. Iglesias, jardines, el palacio Real y el Callejón de Oro son algunas de sus visitas.
Catedral de San Vito. Es una de las obras más importantes del recinto del castillo. Se empezó a construir por orden de Carlos IV. Alberga las joyas de la Corona.

Paseos por la ciudad
Entre los paseos que proponen las oficinas de turismo de Praga, uno de los más solicitados es la «Ruta modernista», un itinerario que, desde la plaza Wenceslao, visita edificios de este estilo arquitectónico. La arquitectura de principios del siglo XX en Praga se decantó por el movimiento secese –modernismo o art nouveau–, que puede descubrirse con esta ruta temática; algunos de sus mejores edificios son el Hotel Evropa, en la plaza Wenceslao; la Estación Central de Ferrocarril –Hlavní nádrazí–; la Casa Municipal –Obecní d°um–, en Námestí Republiky, y la casa de Peterka, en el 12 de la plaza Wenceslao. Otra visita obligada es al recinto del castillo. Por su parte, la «Ruta literaria» pasea por la ciudad, siguiendo textos de artistas que vivieron en ella –como Kafka y otros escritores checos como Hasek o Karel Capek–. En el Josevof o barrio judío pueden visitarse varias sinagogas y el cementerio. Para contemplar vistas del conjunto de Praga se puede subir a los miradores que hay en la colina de Petrín y al castillo. Otra idea es dar un paseo en los barcos que surcan el río Moldava y que ofrecen una vista distinta de los edificios de las orillas; los barcos tienen su salida desde los puentes de Palacky y de Rasin (www.paroplavba.cz y www.evd.cz).

Música y teatro
En Praga es muy recomendable acudir a ver algún espectáculo de la Ópera Estatal, en el Teatro Nacional o en el de la Linterna Mágica; en este último, los actores van vestidos de negro y se mueven con objetos en un escenario oscuro. Las entradas a todos estos lugares culturales destacan por tener precios muy económicos; se pueden adquirir en las oficinas de venta que hay en el centro de la ciudad (www.ticketsbti.cz y www.bohemiaticket.cz). Por otro lado, la música está siempre presente en Praga; sobresalen el famoso Festival de Primavera –de música clásica, en mayo–; el Dance Prague –de música y danza contemporáneas, en junio–, y el Otoño de Praga –música clásica y sacra, en octubre y noviembre–, también dedicado a la música clásica y sacra. Más información en www.czechmusic.org

Las tabernas
Los locales más típicos de Praga son las tabernas. En ellas se ofrece la cocina checa tradicional, basada, sobre todo, en guisos de carne y con una consistente guarnición. Un plato muy popular es el lechón praguense, es decir, cocinado «a la parrilla», según una receta renacentista de la época del rey Rodolfo II. Otras especialidades son los buñuelos de pan o de hígado, las klobás o salchichas locales y el cerdo o el salmón ahumados. Las tabernas también son el mejor lugar para probar los vinos y los numerosos tipos de cervezas –la bebida nacional– que hay. En las tabernas es habitual compartir mesa y que el camarero vaya reponiendo la bebida, hasta que se le avise de lo contrario.

Cafés clásicos
En Praga aún quedan cafés del siglo XIX y principios del XX, que se hicieron famosos por las tertulias que en ellos mantenían artistas y escritores; muchos, como el Café Imperial o el Café Slavia, se construyeron en tiempos en los que dominaba el estilo modernista. Las Tres Avestruces y La Serpiente de Oro son los locales más antiguos de Praga que, a menudo, fueron testigos de las juergas reales. Ambos están situados en el Camino Real, que desde la Edad Media unía la plaza T´yn con el puente Carlos y el castillo.

Compras
Los objetos tallados en cristal de Bohemia son muy preciados, como las piezas de cerámica y de porcelana, las marionetas, los libros y las antigüedades. En Praga también son célebres las tiendas de música clásica y de instrumentos musicales.

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