Pirineo Francés

La belleza natural del Pirineo hace de él un destino idóneo para los amantes de la vida y los deportes al aire libre, tanto en invierno –por el esquí– como en verano –por sus excursiones–. La cordillera ocupa entre el Mediterráneo y el Atlántico una superficie de 400 kilómetros de ancho que, en Francia, se reparten entre las regiones de Aquitania, Midi-Pyrénées y Languedoc-Roussillon.

Cómo llegar
La ciudad de Toulouse es el principal aeropuerto francés para visitar el Pirineo; Air France (Tel. 901 112 266) tiene vuelos regulares hasta esta ciudad, desde la que luego se puede viajar en coche –los alquilan en el aeropuerto– hacia el sur, bien por la carretera A-64, hacia el oeste, o la A-61, hacia el este. En tren, Renfe (Tel. 902 240 202) dispone de servicios hasta la frontera con Francia –Irún en el Pirineo occidental y Port Bou en el oriental–; en estas estaciones se puede enlazar con la red francesa (www.sncf.com).

A tener en cuenta
En las oficinas de turismo de la zona se pueden adquirir abonos turísticos para obtener descuentos. El Pass Terre Catalane, por ejemplo, es para las entradas a monumentos y museos del Languedoc-Roussillon; la Carte Pays Cathare sirve para visitar los castillos cátaros, con tarifas más ventajosas.

Deporte al aire libre
En invierno, el esquí se convierte en la actividad principal en las dos vertientes de los Pirineos; en la web www.neigescatalanes.com se puede consultar por la oferta actualizada de las pistas y estaciones de esquí del Pirineo oriental. En la web www.pyrenees-team.com hay muchas ideas para disfrutar de la zona todo el año (rutas de senderismo, en bicicleta, a caballo o con actividades más arriesgadas como rafting o parapente). Para itinerarios a pie, también se puede consultar la web www.parc-pyre nees.com; una original forma de hacer estas rutas la propone la Federación Francesa de Senderismo y Burros (www.ane-et-rando.com).

Visitas principales
Canigó. Macizo emblemático, en sus laderas aparecen tres joyas románicas: Sant Martí del Canigó, Sant Miquel de Cuixà y el priorato de Serrabona.
Carlit. La ascensión a este pico (2.921 m) es de las más bonitas del Pirineo Oriental. Se accede desde Montlluís o Font Romeu.
Foix. Encerrada en el valledel Ariège, la ciudad guarda uno de los castillos medievales mejor situados y conservados.
P.N. de los Pirineos. 45.000 ha de alta montaña, con picos de más de 3.000 metros de altura, lagos, cascadas y bosques, incluyendo el magnífico circo de Gavarnie.
Valle de Ossau. El pico Midi d’Ossau figura entre los más característicos del Pirineo. El tren de Artouste permite adentrarse en la alta montaña.
Pau. Capital de la región de Béarn, Pau es la puerta pirenáica, la más interesante de las ciudades del Pirineo Central y la que ofrece una de las mejores panorámicas de la cordillera –desde el Boulevard des Pyrénées se abarcan más de 83 picos–. Aunque sus elegantes parques y edificios belle époque merecen la visita, la estrella de la ciudad es el castillo, construido por el conde de Foix en el siglo XIV y transformado en palacio renacentista en el XVI por Margarita de Angulema, quien hizo de Pau un gran foco intelectual europeo. Pero la figura más sobresaliente de Pau fue Enrique IV, quien nació en su castillo en 1559 y se convirtió en uno de los reyes más grandes de Francia.
Lourdes. Centro de peregrinación mariana, es además una de la puertas al corazón del Pirineo francés, sierra a la que dedica el mejor museo, sito en el castillo.El pueblo, de 15.000 habitantes, acoge unos cinco millones de visitantes al año. Lourdes es el segundo destino turístico de Francia, después de París. Todo empezó el 11 de febrero de 1858, cuando Bernadette Soubirous, de 14 años, dijo haber visto a la Virgen. Primero fueron unas pocas, luego miles, las personas que la acompañaron en las apariciones. A los cuatro años, la Iglesia reconoció el santuario, fecha que coincidió con la llegada del tren. Además de centro de peregrinación, Lourdes también sirve de base para ascender a los circos de Gavarnie, Estaubé y Troumouse y guarda el Museo Pirenaico, que recoge los modos de vida en ambas vertientes de la sierra.
La huella cátara. Los cátaros construyeron poco. Para ellos cualquier lugar era bueno para orar. Con fuerte implantación en las prósperas ciudades que siguieron al año 1000, también calaron sus ideas en los castillos del sur de Francia. Algunos nobles, como Esclarmonde de Foix, ingresaron en su iglesia. Declarados herejes, sirvieron como excusa para la cruzada que los francos lanzaron contra las ricas tierras del sur. Uno tras otro, fueron cayendo ciudades y castillos. La fortaleza de Montségur resistió diez meses. A sus pies, 225 cátaros perecieron en la hoguera; «Dios ya reconocerá los suyos», fue el lema franco. Quéribus fue de los últimos castillos en caer.

Pueblos y castillos
Además de naturaleza, el Pirineo es rico en patrimonio. Para descubrirlo, se pueden consultar la web de la red Villes d’art et d’histoire (www.vpah.culture.fr); la de Rutas Históricas de Francia (www.routes-histori ques.com), con más de 24 itinerarios por el Pirineo francés, y la web www.cathares.org, que informa sobre los castillos cátaros del Languedoc-Roussillon.

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