Etiopía, país tan extenso como España y Francia juntos, reúne una diversidad asombrosa de paisajes y culturas. Las fuentes del Nilo Azul y las iglesias excavadas en la roca centran la ruta por el norte, mientras que el sur es un territorio de etnias animistas y de gran fauna africana. En los parajes septentrionales, poblados por los grandes mamíferos africanos y algunas de las tribus más antiguas del planeta, se localizan dos enclaves de extraordinario valor natural, las montañas de Simien y el lago Tana, donde desagua el Nilo Azul antes de unirse al Nilo Blanco en Jartum (Sudán) y formar el gran Nilo, el río de la vida. A 2.500 metros de altitud se encuentra Addis Abeba, capital del país, que cuenta con unos tres millones de habitantes. Conviene visitar el Merkato, uno de los mercados al aire libre más extensos de África, y el Museo de Arqueología, que conserva el esqueleto de Lucy (Australopithecus afarensis), considerado durante años el homínido más antiguo del mundo. Un vuelo de dos horas de duración une la capital con Jinka, en el remoto sur, una base idónea para conocer los valles Omo y Mago,, donde habita la mayor concentración de etnias del país. Para desplazarse hacia el Nilo Azul —el brazo oriental del gran Nilo— y el lago Tana, el segundo más grande de África, hay que retornar a Addis Abeba. El lago de Tana pasa por ser el origen del Nilo Azul, y además es célebre por las iglesias ortodoxas que acogen sus islas. De bella factura son también las once iglesias excavadas en Lalibela, una pequeña localidad con algo más de 10.000 habitantes, aislada entre montañas. Se trata de un lugar de peregrinación para los cristianos etíopes desde hace siglos. El conjunto, una de las maravillas arquitectónicas más impactantes de Etiopía, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.

El viaje por este país del nordeste de África, y antiguo reino de Siam, descubre la fuente del Nilo Azul, iglesias medievales excavadas, poblados de etnias animistas y parques con abundante fauna. La capital etíope es Addis Adeba.

A tener en cuenta
Cualquier estación es buena para viajar a Etiopía, aunque es mejor evitar la época de lluvias (de junio a octubre) por la dificultad de circular por algunas carreteras. Las temperaturas varían según la altitud, oscilando entre 16 0C y 27 0C. Para visitar el país se precisa el pasaporte y un visado turístico que se puede tramitar en una agencia de viajes, en la embajada etíope de París –la más cercana a España– o en el aeropuerto de Addis Abeba.
Es obligatorio vacunarse contra la fiebre amarilla –se solicita el certificado para entrar en el país– y recomendable hacerlo contra el tétanos, la malaria y el hepatitis A.
La moneda es el birr; 1 euro equivale a 13,40 birr. En las ciudades puede usarse el euro, pero conviene cambiar antes de adentrarse en lugares menos concurridos.
El idioma oficial es el amharico, aunque el inglés está extendido.
La diferencia horaria es de dos horas más que en la Península.

Cómo llegar
Desde España no hay vuelo directo a Etiopía y hay que realizar como mínimo una escala intermedia hasta el aeropuerto de Addis Abeba. Hay taxis y una línea de autobús que conduce la ciudad, situada a 8 km.

Moverse por el país
En la capital etíope es útil desplazarse con los minibuses de color blanco y azul que cubren los principales puntos. Los taxis son económicos, pero no llevan taxímetro, por lo que conviene pactar el precio antes del trayecto. No es aconsejable alquilar un coche por cuenta propia: las señalizaciones son escasas y muchas carreteras malas. Sin embargo, sí es conveniente contratar un todoterreno con conductor, en especial si se piensa recorrer los parques del país. Para distancias largas es mejor el avión. Las líneas aéreas etíopes (www.ethiopianairlines.com) comunican la capital con las principales ciudades.

Alojamiento
Addis Abeba dispone de hoteles de hasta cinco estrellas de categoría internacional. En regiones más aisladas disminuyen las comodidades, pero también los precios. En los parques las opciones abarcan desde campamentos a lujosos lodges. Consultar la oferta en: http://interhotel.com/ethiopia/es.

Dais Abbeba, la capital
Es la capital y centro neurálgico del país. Situada a 2.440 m de altitud, fue fundada en 1887. La mayoría de visitas interesantes se articulan entre las avenidas Winston Churchill y Rey Menelik II. Destaca la catedral de San Jorge, de 1886; el Museo Etnológico, que permite conocer las etnias del país, y el Museo Arqueológico, donde se exhibe el esqueleto de Lucy, el homínido más antiguo del mundo, con tres millones de años. La nota colorista la pone el Merkato, uno de los mercados más grandes del continente y con gran variedad de artesanías. El mejor día para visitarlo es el sábado y el regateo es obligado.

Lago Awasa
A unos 200 km al sur de la capital por carretera, se llega a este lago, uno de los mayores del país, con una circunferencia de 62 km y un paisaje que alterna rocas volcánicas, orillas de arena y colinas. En sus márgenes se asienta la ciudad del mismo nombre, con notables equipamientos turísticos. Vale la pena contratar un paseo en barca por el lago hasta Tikur Wuha, donde es posible avistar hipopótamos. En la zona también destacan el Parque Nacional de los Lagos Abijata y Shalla, en plena falla del Rift.

Valle del Omo
El principal aeropuerto del sur de Etiopía está en Jinka, puerta de entrada al valle del río Oma, que crea a su paso fértiles valles. En este territorio se ubican los parques nacionales Omo y Mago. El primero se localiza en la orilla sur del río homónimo, el mayor del país y el que reúne más fauna a su alrededor, aunque las infraestructuras son precarias. Por su lado, el Mago, en la orilla este del río, es más accesible y ofrece más lugares de acampada. Acoge el monte Mago, de 2.528 m, destino de escaladores. Sobre los parques: www.selamta. net/national_parks.htm.
El valle del Omo también es conocido por las etnias de tradición animista que lo pueblan. A 60 km de estos parques –unas 4 horas de viaje– se ubica el territorio mursi, la etnia etíope más famosa.

Región del lago Tana
Bahir Dar, que cuenta con aeropuerto, es la ciudad más atractiva del norte del país y punto de partida de las excursiones hacia el lago Tana, el más grande de Etiopía –3.000 km2– y origen del Nilo Azul. Existen pequeños botes para trasladar a los turistas hasta las 37 islas que acoge, en las que se erigen varias iglesias. En algunas no está permitida la entrada a mujeres. En el sudeste del lago se puede visitar la espectacular cascada Tis Isat, con 45 m de caída.
Al este del lago merecen una visita las once iglesias de Lalibela, excavadas durante la Edad Media entre montañas a las que se accede a pie o en burro. El conjunto es Patrimonio de la Humanidad desde 1978.

Gondar y Aksun
Una línea de autobús une en unas cinco horas de trayecto las ciudades de Bahir Dar y Gondar, capital del país entre 1632 y 1855, situada a 50 km del lago Tana. De su pasado conserva palacios, iglesias y la fortificación de Fasil Ghebbi, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979. La ciudad cuenta con infraestructura turística y agencias que organizan excursiones.
En el extremo norte de Etiopía se encuentra Aksum, otra de las visitas imprescindibles del viaje. Considerada una ciudad sagrada, posee un sitio arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980. En él destacan sus estelas con más de dos mil años de antigüedad y obeliscos que estacan por su altura, de hasta 33 metros.

0 Comments:

Post a Comment