Castillos del Loira


Siguiendo el curso del río Loira aparecen una sucesión de castillos que trasladan al viajero a uno de los períodos más brillantes de la historia de Francia: el Renacimiento.
Entre las ciudades de Nantes, Angers y Tours, en medio de la armonía de la campiña francesa, van surgiendo las construcciones palaciegas, cada una con una historia propia, a menudo ligada a episodios y personajes destacados de la antigua monarquía francesa. Unos fueron castillos particulares, de nobles o grandes hacendados, como los de Ussé o Villandry; otros, palacios reales, como el de Blois, maravilla arquitectónica que además posee una soberbia pinacoteca.

El Valle del Loira se extiende por el noroeste de Francia, repartido entre las regiones de Pays de la Loire y Centre. El Loira es el río francés más largo, con 1.012 km de longitud, 280 km de los cuales fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, por su belleza paisajística y por le interés de sus palacios y castillos, la mayoría de los siglos XV y XVI.

Cómo llegar
Las principales ciudades de esta ruta por el Valle del Loira son Orléans (a 133 km de París), Blois (a 185 km), Amboise (a 227 km) y Tours (a 239 km), todas muy bien comunicadas por carreteras. Varias compañías aéreas vuelan a diario desde nuestro país hasta París. Desde los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle, se enlaza por tren y autobús hasta las estaciones parisinas de Montparnasse –de donde parten trenes hacia Tours– y la de Austerlitz –hacia Orléans y Blois–; www.sncf.com. A París también se puede llegar en tren. Desde Madrid, Renfe dispone del trenhotel Francisco de Goya (con parada en Blois), y del Joan Miró (con parada en Orléans) desde Barcelona. www.elipsos.com.

El Loira en bicicleta
La bicicleta es el medio más agradable de recorrer el valle del Loira, gracias a su suave relieve. Entre Tours y Angers existe un circuito de 120 km de pistas y carreteras tranquilas que pasan junto al río y llegan hasta los castillos. Las oficinas de turismo de la zona disponen del folleto El Loira en bicicleta, donde se reseñan los itinerarios y se informa de los alojamientos especializados en cicloturismo –Vélotel, Vélogîtes y Vélocamp–, que disponen de espacios para guardar, alquiler y reparar bicicletas. www.loire-a-velo.fr.

Turismo fluvial
El Loira y sus afluentes, el Cher y el Indre, hace décadas que dejaron de usarse como vías de transporte. Hoy, son un sosegado escenario para la práctica del turismo fluvial. En las ciudades situadas a orillas del Loira, se pueden alquilar penichettes, embarcaciones que navegan a poca velocidad. La travesía permite realizar tantas paradas como se deseen. Cuando se alquilan se imparte una clase gratuita que explica su manejo. www.bateaux-touristiques.com.

Visitar los castillos
El centenar de castillos que se puede visitar en el Valle del Loira son el reflejo del esplendor que vivió la región entre los siglos XV y XVIII. Muchos se recorren por libre y otros organizan visitas guiadas, en ocasiones junto a actores que narran sus leyendas y entresijos. El horario de visita es de 9 h a 17 h en invierno y hasta 19 h en verano. En julio y agosto, los castillos de Chambord, Blois, Chenonceau o Amboise realizan espectáculos nocturnos de luz y sonido en sus jardines; www.chateaux-france.com. Por otro lado, hay castillos acondicionados como alojamiento; en las oficinas de turismo tienen la guía Bienvenue au Château, con 128 castillos y mansiones; www.bienvenue-au-chateau.com. En las principales ciudades hay empresas que organizan rutas
a los castillos, con actividades como paseos en globo o kayak por el río; www.aerocom.fr.

Las principales visitas
Angers. El cultivo de flores y el comercio del vino tienen un papel destacado en la economía de esta ciudad. Su castillo conserva una muralla de 17 torreones medievales.
castillo de Saumur. De silueta típicamente medieval, fue construido en el siglo XIV como villa de recreo. Hoy alberga dos museos: de artes decorativas y de equitación.
Castillo de Ussé. Sus torres y bosques inspiraron el famoso cuento La bella durmiente, de Chales Perrault.
Villandry. Este castillo es famoso sobre todo por sus jardines, recuperados a principios del siglo XX. Los huertos de hortalizas siguen un diseño muy estilizado.
Chenonceau. Es uno de los castillos más vistosos del Valle del Loira. En él, Catalina de Médicis y Diana de Poitiers se disputaron la preferencia del rey EnriqueII.
Blois. La ciudad conserva su entramado de calles medievales, con vistas sobre el Loira. En el castillo, cuyo origen se remonta al siglo XIII, destaca la magnífica fachada renacentista.
Chaumont-sur-Loire. Es un castillo gótico, con torreones, foso y puente levadizo. Los establos son belle époque.
Chambord. Francisco I mandó construir este castillo espectacular, rodeado por
un bosque frondoso.
Orleans. La Casa de Juana de Arco y la catedral evocan la vida épica y trágica de la doncella (pucelle) de Orleans.

Ciudades del oeste
La ciudad de Angers tiene una fortaleza medieval con torres que ofrecen vistas de la ciudad. En el interior del castillo destaca una colección de tapices. En el casco antiguo, merece la pena detenerse en el Museo de Bellas Artes y en la catedral de Saint Maurice para admirar sus vidrieras. La ciudad es famosa por sus vinos y bodegas. La oficina de turismo vende el abono Angers City Pass, que facilita el acceso a lugares turísticos; www.angers-tourisme.com. Unos 80 km al este de Angers, se encuentra Saumur. Preside la localidad un castillo del siglo XV, al que se llega a pie a través del casco antiguo; alberga el Museo de Artes Decorativas y el del Caballo. Desde el torreón de Guet se obtienen amplias vistas.

Tours y Amboise, en el corazón del Loira
Tours es un núcleo de transportes en la región. La ciudad ha crecido, pero su casco antiguo es fácil de visitar por su trazado racional. Sobresalen la catedral de Saint Gatien, el Museo de Bellas Artes y el de las Cofradías, ambos en el claustro de la abadía de Saint Julien; www.ligeris.com. Poco kilómetros al este de Tours, se halla Amboise, con sus tejados de pizarra, mercadillos y un castillo al que se accede por la misma rampa que utilizaban antiguamente los caballos; en el castillo hay que recorrer los jardines y visitar la capilla de Saint Hubert. En la ciudad baja, destaca la casarenacentista y museo de Clos Lucé, donde vivió Leonardo da Vinci. www.amboise -valdeloire.com.

Blois y Orléans, lo mejor del este
Blois conserva mansiones con fachadas blancas, tejados de pizarra y chimeneas rojas. En la visita hay que incluir la iglesia de Saint Nicolas, del siglo XIII, la catedral de Saint Louis y, en las afueras, el castillo. De la visita a la fortaleza, sobresale la sala gótica del Consejo y el Museo de Bellas Artes; www.ville-blois.fr. Orléans es el final de la ruta por el este. La oficina de turismo se halla frente a la estación de tren. La joya de Orléans es la catedral de la Sainte Croix, donde destacan las vidrieras y la capilla dedicada a Juana de Arco. Sobre este personaje hay dedicado un museo en la plaza del General De Gaulle; www.ville-orleans.fr.

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