Cabo de Gata


Con una superficie de 38.000 ha terrestres y 12.000 marinas, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar cuenta con zonas de condiciones climáticas semejantes a las de los extensos territorios norteafricanos o de Oriente Medio.
El parque ocupa el extremo sur de la sierra volcánica de Cabo de Gata, con un litoral de abruptos acantilados y bellas playas y calas.

Cómo llegar
En automóvil se puede acceder por la A-7 –que comunica
Alicante, Murcia y Almería–, abandonándola en el desvío
Níjar-San José. La estación ferroviaria más próxima al
parque es la de Almería, a partir de aquí se hace
indispensable el servicio de autobús (Alsa. Tel.
902 422 242). Para completar la oferta de movilidad, se ha
creado un servicio de taxi de 24 horas (Tel. 669 071 442)
con sede en Campohermoso.

Principales visitas
San José. La población más grande del parque
cuenta con buenos restaurantes y servicios. Además de la
playa del centro del pueblo, tiene dos más menos
concurridas. Para muchos es el lugar idóneo para explorar
la zona.
Playa del Mónsul. Es, junto con la de los
Genoveses, una de las playas más famosas del parque. Una
gran roca parte la playa en dos; ha sido escenario de
numerosos anuncios.
Arrecife de Las Sirenas. Bajo el faro del Cabo de
Gata se halla este arrecife de punzantes formaciones. Sus
aguas son reserva marina.
Los Escullos. Pequeña aldea ubicada en un paraje
de dunas fosilizadas. La playa del Arco es un ejemplo de la
belleza y particularidad paisajística.
La Isleta del Moro. Las barcas de los pescadores
descansan en la playa. En sus dos restaurantes se comen
los mejores pescados de la zona.
Mirador de las Amatistas. Ofrece una de las
grandes vistas del litoral, con acantilados de más de cien
metros de altura. Junto a él hay un puesto de artesanía que
vende aloe vera, una planta autóctona utilizada en la
cosmética para la piel.
Rodalquilar. Tiene una bonita iglesia y los restos
de sus explotaciones mineras. Desde aquí se llega al
Playazo, una de las grandes playas del litoral.
Las Negras. Pueblo de pescadores con playa de
arena oscura. Cerca hay un chiringuito con vistas al Cerro
Negro, uno de los grandes promontorios del parque.
Playa de los Muertos.En el límite norte del
parque natural, se accede a pie a esta playa de aguas
transparentes y caprichosas rocas en el lado de la punta de
los Muertos.
Salinas de Cabo de Gata. Cinco kilómetros de
aguas salobres reúnen más de 80 especies de aves que
utilizan este humedal como escala migratoria.
Cortijo del Fraile. A pesar de su mal estado de
conservación, el cortijo es muy visitado porque allí
ocurrieron los hechos reales de la obra Bodas de sangre de
García Lorca.

Faro del Cabo de Gata
Los romanos llamaron a este cabo Promontorio de Venus, y
en la Edad Media se conocía como cabo de Ágatas, de
donde deriva el nombre actual. Dicen que el lugar estuvo
tan poblado de focas monje que los navegantes confundían
sus gritos con los cantos de sirenas. De ahí el nombre del
fotografiadísimo arrecife que está a los pies del faro:
arrecife de las sirenas.

Arquitectura típica
La vivienda típica del parque responde al tipo
mediterráneo: poca altura, líneas rectas y muros gruesos
encalados; puede verse en las antiguas construcciones de
los pueblos, así como en los cortijos aislados diseminados
por el parque. Además, el territorio está salpicado por
artificios relacionados con la captación y el almacenamiento
de agua. Hoy en día son de gran interés etnológico los
aljibes, norias, molinos de viento y molinos de agua. El
aljibe de Bermejo –se llega desde Campohermoso– merece
una visita. Los molinos del Pozo de los Frailes, Agua
Amarga y los Genoveses guardan parte de su estructura
original.

Actividades en el parque natural
Aguas tranquilas y cristalinas, temperaturas suaves y unos
bellísimos fondos marinos –donde se pueden encontrar
más de mil especies entre flora y fauna– hacen del parque
natural un espacio óptimo para el buceo. Esta actividad es
el reclamo estrella de ciudades como San José. No hace
falta ser un experto para disfrutar de esta actividad
acuática. Los cursos e inmersiones que desde allí se
organizan están dirigidos a todo tipo de público. Además
de buceo, el parque natural se presta a practicar el
senderismo. Una de las excursiones más típicas es la que
parte de Las Negras y, tras dos horas de caminata por el
litoral, llega a la cala de San Pedro, dominada por las ruinas
del castillo donde se acampa libremente. Otra propuesta
puede ser unir los cortijos del Fraile –cuya historia inspiró
las Bodas de sangre de Federico García Lorca–, Montano y
Hornillo en una ruta de unas tres horas a pie. Se puede
consultar ésta y otras rutas en la web
www.rutasyviajes.net.

Productos artesanos
Níjar, fuera de los límites del parque natural, conserva una
importante tradición artesana. Sus cerámicas –de tonos
azules y verdes– son muy apreciadas. Pero quizá lo más
característico de su artesanía sean las jarapas: unas
coloridas alfombras confeccionadas con lana o «trapo
viejo», que pueden verse como reclamo en las numerosas
tiendas que se encuentran en las calles de Níjar.

Desierto de Tabernas
Al contrario de lo que pueda parecer a primera vista, este
espacio natural alberga gran cantidad de especies, tanto
animales como vegetales. Sus 11.474 ha comprendidas
entre los municipios de Tabernas y Jergal evocan el Oeste
americano. Este parecido forma parte del reclamo de la
zona, donde se pueden encontrar varios parques
recreativos acordes con esta temática. Para los amantes de
los spaghetti western son visita obligada los dos decorados
de cine que se encuentran en pleno desierto de Tabernas:

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