La capital húngara se sitúa en el centro del país, atravesada por el Danubio.
A ambos lados del río, Budapest se desdobla en Buda, la fortaleza; y Pest, la ciudad popular. Nuestro paseo recorre las dos riberas, atraviesa puentes históricos, se adentra en el antiguo barrio judío y visita los baños termales y los cafés modernistas. Lo primero que hay que hacer al llegar a Budapest es dirigirse al puente de las Cadenas, uno de los más céntricos que une Buda con Pest. Hay que detenerse en su centro exacto para contemplar las dos partes de la ciudad, cada una ubicada en su lugar y sitio preciso. Budapest es una de esas ciuades que ha sabido ordenarse para el viajero, presentarse fácil de recorrer y donde resulta sencillo orientarse: en dirección a occidente, las colinas sobre las que se eleva Buda y la Vieja Buda; y del otro, rumbo a oriente, la planicie donde se posa Pest. La fundación de Buda tuvo lugar en 1873, a partir de la unificación de tres aldeas a orillas del río Danubio: Buda, Pest y Óbuda. Entre los siglos XVIII y XIX, la dinastía Habsburgo restauró el núcleo antiguo de Buda, hasta convertir la ciudad en una de las joyas del imperio Austrohúngaro. La ciudad es célebre desde hace dos milenios por sus aguas curativas gracias a los romanos y, a partir de 1541, a los turcos, que la ocuparon 145 años. En la actualidad es una auténtica ciudad de balnearios, y destacan los baños de Rudas, de 1506, las termas Király —también del siglo XVI y cubiertas con una cúpula de cristal—, el balneario y hotel Gellért —de estilo art nouveau— y los neobarrocos baños Széchenyi. Pest es, en cambio, la ribera cosmopolita. El paseo por Pest discurre entre tiendas de moda, palacios de estilo modernista y edificios de la época soviética.

La capital de Hungría se localiza en el corazón de este país centro-europeo. Sus principales barrios son Buda y Pest, separados entre sí por el río Danubio. La ciudad antigua está declarada Patrimonio de la Humanidad (1987). Budapest tiene 1,6 millones habitantes.

A tener en cuenta
Para visitar Hungría, los ciudadanos de la Unión Europea sólo necesitan llevar el carnet de identidad. El idioma oficial es el húngaro y la moneda, el florín húngaro: 1 euro equivale a 252 florines. En muchos comercios se acepta el euro.
Budapest tiene un clima continental templado, con veranos soleados e inviernos de escasas lluvias, pero con nevadas que ofrecen a la ciudad un encanto especial. No hay diferencia horaria con España.

Llegar y desplazarse
Desde Madrid y Barcelona, varias compañías aéreas, algunas de bajo coste, ofrecen vuelos a Budapest. El aeropuerto de Ferihegy se halla a 20 km del centro, conectado por una línea regular de minibús y por el autobús número 200. También es posible trasladarse al centro en taxi, aunque es una opción cara.

Tarjeta Budapest Card
Este abono turístico permite entrar gratis a algunos museos y lugares de interés, así como viajar ilimitadamente en transporte público y obtener descuentos en centros termales y restaurantes (www.budapestinfo.hu). Se adquiere en las oficinas de turismo de la ciudad.

Moverse por la ciudad
La mejor forma de desplazarse por Budapest es en metro, aunque también hay autobuses y tranvías que llegan a todos los barrios. La línea 2 de tranvía recorre los puntos turísticos más interesantes en apenas veinte minutos. Los billetes se compran en las paradas y en las oficinas de transporte público, diseminadas por toda la ciudad (www.bkv.hu). También funcionan autocares turísticos que realizan trayectos de dos a tres horas por los distintos barrios de la ciudad (www.budatours.hu). Para contemplar una perspectiva distinta de Budapest se puede realizar un crucero por el río Danubio. Las excursiones pueden durar todo el día; las rutas nocturnas incluyen la cena (www.legenda.hu).

Alojamiento
La ciudad ofrece opciones para todos los bolsillos, desde hoteles de cinco estrellas de cadenas internacionales hasta albergues. Destaca la oferta de alojamientos bed & breakfast. La página web www.budapestinfo.hu/es ofrece un práctico sistema de búsqueda por categorías de establecimientos.

Ciudad de balnearios
Hungría es el segundo país de Europa –tras Islandia– en número de fuentes termales. Por el subsuelo de Budapest corren un centenar de manantiales de aguas curativas, que ya aprovecharon los romanos y los otomanos cuando dominaron la ciudad. Muchos de estos balnearios sobresalen por su arquitectura y decoración, con cúpulas de cobre y mosaicos. Entre los más impresionantes, destacan el Hotel Géllert, un elegante edificio de estilo art nouveau; el Király, con una magnífica cúpula de cristal, en el barrio de Buda; el moderno Széchenyi, situado en pleno parque Városligert; o las termas Rudas, fundadas en 1506, uno de los mayores centros termales de Europa, situado a orillas del Danubio (www.spasinhyngary.com).

Festivales de música
El Festival de Música de Primavera (www.festivalcity.hu), a partir de marzo, se desarrolla por toda la ciudad. La Ópera Nacional programa un repertorio clásico a precios económicos. La Sala de la Cúpula del Parlamento incluye una visita guiada (www.classictic.com).

La colina del Castillo
Un excelente lugar para iniciar la visita a Budapest es el Puente de las Cadenas. Fue el primero que se construyó sobre el Danubio (1849) y une el histórico barrio de Buda con el de Pest. Desde la orilla del primero parte el centenario funicular Budavári Sikló, que sube por la colina hasta el Palacio Real. Este edificio acoge el Museo de Historia de Budapest (www.btm.hu) y la Galería Nacional Húngara. La colina de Buda, cuyo centro antiguo es peatonal, agrupa edificios históricos como la iglesia neogótica de San Matías, templo de profusa decoración, y el Bastión de los Pescadores, fortaleza de 1905, que debe su nombre a la lonja medieval sobre la que se construyó; hoy es un excelente mirador del Danubio.

El barrio de Pest
La estrella monumental de la orilla este del Danubio es el Parlamento, el edificio más famoso de la ciudad por sus dimensiones. Tiene 691 estancias y se recorre a lo largo de visitas guiadas. La principal es la Sala Abovedada, con una cúpula barroca de 96 metros de altura. (www.mkogy.hu)
Este barrio alberga la basílica neogótica de San Esteban y el antiguo barrio judío, que acoge la sinagoga en activo más grande de Europa.
Pest fusiona callejuelas de origen medieval con avenidas que fueron erigidas fuera del antiguo perímetro amurallado. La más elegante es la avenida de Andrássy, repleta de tiendas de moda, palacios modernistas y edificios de la época soviética. En un extremo se sitúa la Ópera Nacional (www.opera.hu) y en el otro, la Plaza de los Héroes, con el Museo de Bellas Artes y los accesos al parque Városligert. Este pulmón verde de la ciudad tiene un islote sobre el que se erige el palacio Vajdahunyad.

Gastronomía
El protagonista de la cocina de Budapest es el goulash, una espesa sopa elaborada a base de carnes, verduras y paprika, un pimentón dulce, muy utilizado en la gastronomía húngara. Éste ingrediente también acompaña un popular guiso de pollo, el paprikás csirke. En materia de dulces, son típicos el somlói galuska, un bizcocho con crema y ron, el puré de castañas y el túrós csusza, relleno de requesón.
Para adquirir los productos gastronómicos más típicos –páprika, vinos dulces, pimientos rojos...– vale la pena acercarse al Mercado Central, en Pest, donde también se vende artesanía tradicional como bordados y cerámica. El barrio del Castillo concentra la mayoría de tiendas de anticuarios.

Cafés centenarios
La edad de oro de los cafés de la capital húngara se enmarca entre 1890 y el estallido de la primera guerra mundial, en 1914, cuando eran centros de tertulias para bohemios e intelectuales. En el corazón de Pest, en la plaza Vörösmarty, se erige el veterano Café Gerbeaud, con 140 años de historia, donde se pueden degustar los típicos bombones Gerbeaud y sus guindas de coñac (www.gerbeaud.hu.). El más antiguo de Budapest es el Ruszwurm, de 1820. Otro establecimiento de la misma época es el Café Pilvax, del año 1848

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