Con su peculiar forma estrecha y alargada, la península de Baja California se escindió del continente americano hace ya doce millones de años. La Paz, ciudad neocolonial fundada a principios del siglo XIX, es la capital del estado de Baja California Sur y durante los meses de invierno atrae a decenas de turistas deseosos de avistar ballenas. Pero la región también cuenta con otros atractivos: en el extremo sur de Baja, los deliciosos fondos submarinos y los cortantes acantilados de la costa de San José y Cabo San Lucas; en la ruta hacia el norte, el desierto de Vizcaíno, las antiguas mansiones jesuitas de Loreto y San Ignacio, y pueblos de pescadores como Santa Rosalía. La ruta para observar ballenas o whale-watching comienza en La Paz y sigue hacia el norte. En Bahía Magdalena y la laguna Ojo de Liebre se concentra el mayor número de ejemplares, que proceden de las frías aguas de Alaska. El Parque Nacional Bahía de Loreto es una reserva costera que ocupa más de 200.000 hectáreas. Subidos a una barca es posible identificar ballenas jorobadas, delfines, lobos de mar o pelícanos. Desde Mulegé, 138 kilómetros al norte de Loreto, una carretera conduce hasta algunas de las playas más bellas de México, las de Bahía Concepción. Continuando hacia el norte se encuentra la Sierra de San Francisco, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad por su extensa área de pinturas rupestres de casi 3.200 años de antigüedad y cuyas obras son de antepasados de los indios cochimíes. Ya en la laguna Ojo de Liebre se encuentra una de las salinas más grandes del mundo, en un lugar en el que el cielo y el mar se confunden.

A tener en cuenta
En Baja California, el clima es seco y desértico en verano –se alcanzan los 40º C–; el invierno es frío en las sierras del norte, mientras que en Los Cabos, en el sur de la península, las temperaturas se mantienen cálidas todo el año. Para viajar a México es imprescindible el pasaporte actualizado. Para estancias inferiores a 90 días no se precisa visado. La moneda oficial es el peso mexicano; 1 euro equivale a 14,58 pesos. Se aconseja realizar el cambio de dinero en bancos y agencias de divisas. Se aceptan tarjetas de crédito. El huso horario en todos los estados mexicanos es de seis horas menos que en España.

Cuándo ir
Invierno y primavera son las mejores épocas para visitar Baja California, por las temperaturas templadas de su litoral y, sobre todo, para avistar la ballena gris. Miles de ejemplares de esta especie llegan a las costas del Pacífico de Baja California desde mediados de diciembre hasta marzo, para aparearse y alumbrar a sus crías. En el mar de Cortés es posible observar delfines, leones marinos y ballenas jorobadas durante todo el año.

Llegar y desplazarse
Desde España, varias compañías vuelan a México DF, donde se conecta con vuelos internos hasta el aeropuerto de La Paz y otros aeródromos de Baja California, como los de Loreto y San José del Cabo. La opción más recomendable para proseguir este viaje es en coche. Hay empresas que los alquilan en los aeropuertos, en La Paz y en otras ciudades de Baja. La carretera Transpeninsular atraviesa longitudinalmente el estado de Baja California, desde Guerrero Negro –frontera con la Baja California Norte– hasta Los Cabos.

Avistamiento de ballenas
Cada año, enormes ballenas grises recorren 9.000 km desde el frío mar de Bering para venir a alumbrar a aguas más cálidas. En Baja California existen cuatro enclaves principales para avistarlas. En el norte se sitúan los más frecuentados: la Laguna Ojo de Liebre, en Guerrero Negro, y la Laguna de San Ignacio, en esta localidad. En el sur destacan el estero de la Soledad, en Puerto Adolfo López Mateos, y Puerto San Carlos, en Bahía Magdalena. En estos lugares hay agencias que organizan cruceros (www.malarrimo.com, www.ecobajatours.com, www.kuyima.com). También se pueden contratar los servicios de pangueros –barca típica de la zona– en Guerrero Negro, en Puerto López Mateo y en Puerto Carlos. Para saber más sobre los cetáceos, se recomienda la visita del Museo Comunitario de la Ballena, en la ciudad de La Paz.

Principales visitas
La Paz. Es la capital de Baja California Sur. La ciudad, a orillas del mar de Cortés, se encuentra protegida por la bahía del mismo nombre y rodeada de hermosas playas de arena blanca. Las salidas al mar suelen visitar la isla Espíritu Santo.
Playa de los Amantes. Pocos kilómetros al sur de La Paz, el municipio de Cabo San Lucas posee una de las playas más bonitas de Baja California, con farallones y un arco natural de roca.
Bahía Magdalena. La localidad pesquera de Puerto San Carlos, al oeste de Ciudad Constitución, es uno de los puntos de avistamiento de ballenas más importantes de la península.
Loreto. Es la población más antigua de Baja California Sur, ubicada entre la Sierra de la Giganta, el desierto y el mar de Cortés. La misión de Loreto y el Parque Nacional Bahía de Loreto son sus alicientes.
Mulegé. Población de la costa del mar de Cortés. Su iglesia ofrece vistas soberbias del río Santa Rosalía responsable del aspecto fértil del enclave. Se trata de un lugar muy frecuentado por submarinistas.
San Ignacio. Puerta de acceso a los espectaculares abrigos rupestres de la Sierra de San Francisco, esta ciudad colonial alberga la misión más bella de la península.
Reserva de la Biosfera de Vizcaíno. Abarca 25.000 hectáreas de superficie, entre la costa este y la oeste, cerca de Santa Rosalía. Incluye el desierto Vizcaíno y las lagunas de San Ignacio y Ojo de Liebre.
Laguna Ojo de Liebre. Debe su nombre al capitán Scammon –liebre, en inglés–, ballenero que casi extermina la ballena gris a mediados del siglo XIX. Hoy la laguna ofrece un lugar de reproducción a cientos de ballenas.

Visita a La Paz
La capital de Baja California es una ciudad tranquila y con edificios coloniales. Su malecón es uno de los mejores sitios para contemplar una puesta de sol y sus playas son espectaculares. La excursión de un día a la isla Espíritu Santo permite bucear entre leones marinos. La visita al Museo de Antropología e Historia es imprescindible para conocer la historia del estado, (www.bajaex.com y www.vivalapax.net).

Las misiones
San Ignacio, Santa Rosalía, Mulegé o Loreto son ciudades que nacieron alrededor de antiguas misiones religiosas, fundadas por monjes jesuitas. De aquella época se conservan iglesias y otros edificios, además de dos museos, uno en Mulegé y otro en Loreto, dedicados a la colonización de Baja California.

Reservas naturales
En la región de Los Cabos se encuentra la Baja más turística. Abarca las ciudades de San José del Cabo y Cabo San Lucas, y el litoral de 33 km que se extiende entre ellas, con bellas y largas playas.
Declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, el desierto Vizcaíno es un enorme territorio compuesto por sierras, montañas, costas, esteros y lagunas. Dentro de sus límites acoge las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio, famosas por el avistamiento de ballenas. Otro espacio de la Reserva es el Parque Nacional Bahía de Loreto. Situado frente al pueblo de Loreto, protege 2.000 km de costa, con valiosos fondos e islotes.
Por último, hay que mencionar Sierra de la Laguna, una isla de vegetación rodeada de desierto en el sur del estado, con numerosas rutas senderistas que lo atraviesan.

Turismo arqueológico
En la sierra de San Francisco, declarada Patrimonio de la Humanidad, se localiza uno de los núcleos de pinturas rupestres más importantes del mundo. Para visitarlo hay que solicitar un permiso especial y organizar la expedición con guías oficiales del Instituto Nacional de Antropología e Historia de San Ignacio, localidad a 80 km del yacimiento. En esta localidad se puede visitar el museo local, que sirve de antesala a la visita. Para llegar hasta la sierra de San Francisco no existe transporte público y el camino está en mal estado, por lo que es recomendable contratar los servicios de un guía-conductor y viajar en vehículo todoterreno. En San Ignacio, hay muchas empresas que organizan esta expedición. Al llegar a San Francisco, el recorrido por la sierra continúa a pie o en mula para acceder a las cuevas más alejadas; hay más de 300.

Gastronomía
Los principales ingredientes de la cocina local son el pescado y el marisco, como almejas, caracoles, atunes, langostas y camarones, aderezados con distintas salsas.

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